Denunciar relato
Todo había terminado, confesado el crimen y pagado el daño causado, aquel tipo había purgado sus fechorías y su conciencia, estaba por consiguiente desolado, pero al mismo tiempo tranquilo, pues respirar aire cuando ya no debes explicaciones, indemnizaciones, ni nada a nadie en general, es completamente plausible. Inspiró todo el aire que pudo de una sola vez y se regocijó de poder disfrutar de aquella sensación tan trivial, pero tan desconocida para él, quien ignoró completamente las risas de sus vecinos.
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