Denunciar relato
Ella no tiene habilidad ninguna para recogerse el pelo. Ella envuelve su collar de perlas de bisutería, en la pequeña servilleta roída por el tiempo. Ella descuelga de nuevo el teléfono, y llama a un número que desconoce y que siempre comunica. Ella se cubre el cuello con su bufanda, para protegerse de las heladas mañanas de agosto. Ella se extraña por el calor cuando baja a la calle, se dirige indignada a la comisaría y denuncia ser víctima del robo de su carísimo collar. Ella comunica. Ella se duerme, mientras peino cada uno de sus grises y lacios cabellos.
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