La noche cuarenta y dos (II)

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Ana mira a su marido aterrada... no puede creerse que Carlos haya visto lo que acababa de ocurrir.

- Pero.. estas seguro de que estaba ahí... mirando?

- Lo he visto con mis ojos cielo... dice Javier sonriendo, y por lo poco que se podía adivinar.. parece que disfrutaba con que había- le dice acariciando su cara

- Me muero de vergüenza... .susurra ella sonrojada

Javier la abraza y le dice al oído

- No te preocupes, no has hecho nada raro, soy tu marido no? Y es comprensible que con el tiempo que llevo aquí..., pues tenga este tipo de necesidades... no veo que sea tan raro, si acaso, un poco incomodo, pero mira... si lo ha visto, que le aproveche

Pasa su mano por la falda y la mete debajo rozando las nalgas de Ana, y acercándose a su sexo que descubre húmedo.

Vuelve a susurrar a su oído...

- Y tu? tú también llevas meses sin follar... también tienes tus necesidades... no?

- Si, pero esperare lo que haga falta por ti cielo.. además... ya sabes que he usado un par de veces el vibrador que me regalaste...

- Si... mmmm... pero no es lo mismo verdad?

- Pues no.. sabes que no hay como una polla de verdad -dice ella cariñosa

- Una polla? o mi polla? dice el pasando los dedos por la raja de Ana encharcada

- No seas idiota.. sabes que solo quiero la tuya...

- Quiero pedirte algo - dice Javi al oído

- Quieres que te lo haga otra vez? contesta ella...

- No no es eso... es algo mas..., quiero que hagas algo por mi

- Dime... me das miedo - contesta Ana acariciando el pecho de Javi

- Cuanto tiempo me puede quedar aquí inmóvil... un mes? más? dos?

- No, tanto no.. entre cuatro y cinco semanas ha dicho el traumatólogo

- Más de un mes.... demasiado tiempo.. - dice él acariciando el coño de Ana

- Para que?.. dice ella dejándose hacer

- Para este chochito mío.....

Ana cierra los ojos sintiendo como los dedos de su marido juguetean en su sexo húmedo, rozan su ano y vuelven a entrar. Sus pezones se marcan en la camiseta y no puede reprimir un leve gemido... hasta que se recompone, respira hondo y aparta la mano de Javi

- Este coñito.. te esperará... no te preocupes

- No quiero que lo haga, dice Javi mirándola a los ojos

- Como dices? Javi señala con un movimiento de cabeza a lo que hay tras la cortina...

Ana duda unos segundos, no parece entender lo que le quiere decir.... hasta que cae en la cuenta

- No.. no digas tonterías... dice hablando un poco mas alto de lo que hasta ahora

- Cielo... no son tonterías, lo deseo, quiero que lo hagas... se que de alguna forma lo necesitas y que te vendrá muy bien... y a mi me encantará.... no seas tonta

- No lo haré.. dice ella colocándose la camiseta, manchada de semen, y bajando la falda a su sitio, estas loco... voy a cambiarme, y a dormir, que son casi las tres...

- Piénsalo anda...hazlo por mi aunque sea....

- Noooo, échate a dormir anda

Ana respira hondo y se prepara para pasar el mal trago de abrir la cortina y cruzarse con Carlos, en su butaca de camino al baño, tras el episodio voyeur... corre la cortina lentamente , coge su bolsa de nuevo y camina con sigilo al baño.

En el momento de pasar junto a su butaca, no puede evitar mirarlo, comprobar si duerme. Lo encuentra despierto, y con una mirada de complicidad que lo dice todo.... ella aparta la mirada, y antes de entrar en el baño, gira la cabeza para mirar a Javi que sigue atento su movimiento con una mirada inequívoca.... hazlo.. no me decepciones.. parece decir.

Ana echa la puerta del baño, y se mira al espejo, respira hondo y sin pensar... estira su mano y abre la puerta....

Carlos gira su cabeza para mirarla, allí quieta con toda la luz del baño su camiseta es casi transparente, húmeda de semen por partes...

No hace falta que diga nada... solo la mirada hace que Carlos se levante, y pase al baño cerrando la puerta.

Javier se deja caer en la almohada, aliviado con los ojos cerrados

Dentro del baño, ni una palabra, Carlos se acerca y rodea a Ana con sus brazos mientras besa tímidamente sus labios. Ella suspira, distante y temerosa, dejándose hacer.

- No se si esto es buena idea... acierta a decir ella

- Sssss no hables, sin palabras- dice Carlos metiendo sus manos bajo la falda y acariciando suavemente las nalgas desnudas de Ana

Ana suspira al notar la piel de un extraño sobando su culo, acercándose peligrosamente a su entrepierna que palpita... y no puede evitar gemir al notar como otros dedos abren su coño y juegan en él.

Carlos se detiene, tira de la falda hasta dejarla en los tobillos de Ana, y luego la coge en brazos y la sienta en el mueble del lavabo. Ana gime de nuevo al notar el frío en su trasero, y deja de Carlos siga, parece tenerlo todo muy claro, agarra su camiseta desde abajo y tira de ella arriba hasta desnudar por completo a Ana, que mira sus pechos pringados de semen de su marido, un tanto avergonzada.

Carlos pone la mano en la barbilla y la empuja arriba, para que vuelvan a mirarse a los ojos, y se acerca de repente para comerle la boca en un tórrido beso en el que las lenguas se entrelazan. Sin dejar de hacerlo, pone sus manos sobre las tetas, Ana intenta impedirlo, incomoda por los restos de leche que las cubre, pero es incapaz de para a Carlos, en las soba con fuerza, para después, bajar su cara y empezar a lamer sus pezones sin importarle lo más mínimo, mientras desabotona sus vaqueros y se los baja junto a sus boxer.

Con la polla dura en la mano, firme y gruesa, brillante, mira de nuevo a Ana para besarla de nuevo. Ana no quiere mirar, cierra los ojos y recibe los labios de Carlos de nuevo, reconoce el sabor del semen en ellos, y se estremece al notar como algo muy duro se abre paso entre sus piernas. Carlos las abre bien sobre el mueble, y sin dejar de besarla clava su polla en Ana hasta el fondo.

Ese es el primer gemido que escucha Javi en su cama, el primero de muchos, de ambos amantes que follan sin contemplaciones en el baño. Ana araña la espalda de Carlos que sujeta su trasero mientras la penetra con todas sus fuerzas mientras besa, a veces muerde sus hombros entre gemidos inconfundibles para cualquiera que pueda oírlos.

Ana cierra los ojos y pellizca con fuerza la espalda de Carlos, indicándole, junto con su respiración entrecortada, que este teniendo un brutal orgasmo. Él apura el ritmo y en unos segundos, con Ana ya relajada, pero receptiva por completo, se corre dentro de ella entre gemidos inconfundibles también.

Son los que Javi oye, y tras los que esboza una sonrisa placentera pensando en la mujer para la que solo tiene ojos, en su chica, en su diosa... y desde ahora un poco más.. en su pequeña putita.


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