Denunciar relato
-La casa está hecha un desastre. ¿Cuando vas a limpiar?
-Lo sé. pero el cálido fuego de la chimenea me provoca un cosquilleo que me recorre todo el cuerpo. Me quedaré aquí tumbada. Quizás me sirva otra copa.
-¿No piensas limpiar?
-¡Déjame en paz!. ¡Hazlo tu!
-Sabes que no puedo.
-¡siempre igual!.¡Te recuerdo que todo ha sido idea tuya!. Debí hacerle caso a la doctora cuando dijo que no existías, pero siempre acabas liándome, y ahora tengo que recoger sus trozos y limpiar toda esta sangre cuando solo me apetece estar tumbada bajo la cálida llama de la chimenea...
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales