11. Manolito estaba un poco harto de que le llamaran Manolito.
Manolito estaba un poco harto de que le llamaran Manolito. Su abuelo era Don Manuel, su padre Señor Manolo y a él le había tocado Manolito. Con 53 años que tenía, no le parecía serio que le siguieran llamando así. Manolito esto, Manolito aquello. Si todavía hubiese tenido un apellido normal, podría demandar que le llamaran así, pero no. Su apellido era Pajas y siempre había algún gracioso, que al saberlo, le preguntaba si el segundo apellido era Bienhechas. Pero no. El segundo era Fernández, así que él siempre firmaba como M. P. Fernández.
Por suerte, Don Manuel y el Señor Manolo, habían gestionado lo suficientemente bien el negocio familiar como para que Manolito no tuviera que necesitar buscar ingresos poniendo su nombre y apellido en un currículum. Él y sus 5 hermanos se repartían el trabajo. Lo tenían muy bien estructurado y el negocio se mantenía año tras año. No les afectaban las crisis económicas, a penas solían notarse en el facturado y es que la muerte no entiende de crisis.
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