Maldita soledad que poco a poco me estás quitando las ganas de vivir. Que duro es levantarse por las mañanas sin motivo alguno, o sin que nadie te de los buenos días. Que duro es ver que pasan las horas, los días y meses y es el tiempo lo que me está alejando de ti. Que dura es la vida con los más humildes, los que prefieren amor antes que riqueza para vivir. Que duro se me está haciendo decirle a este corazón que ya no volverás, que tiene que aguantar esta soledad repentina hasta que deje de latir. Cómo hago para que disminuya esas ganas que tengo de volver a verte, de poder abrazarte, y de abandonar esta soledad. Porque cada día amanezco con menos ganas de levantarme, ya conozco lo que está por venir y no es nada bueno. Que duro es dejar de quererte cuándo había aprendido el verdadero significado de la palabra querer. Que duro es vivir con miedo al mañana, miedo al saber que no volverás, miedo a no sentirme feliz ninguna vez más. Que duro es llorar en la almohada en vez de consultarle cuestiones de verdadera importancia. Que duros son los pensamientos y los recuerdos escondidos al final de cada calle, porque a pesar de esquivarlos siempre terminas apareciendo. Que duro es ver que te caen lágrimas sin un por qué y pensar que lo único que pondría fin a este sufrimiento es la muerte. Porque no le tengo ningún miedo. Que duro es afrontar el futuro si tú ya no vas a estar en él. Qué difícil es olvidar esas miradas que lo decían todo. Que duro es intentar remar contra corriente, sabiendo que te quedan pocas horas para naufragar. Ver que te estás hundiendo y nadie va a hacer nada para poder evitarlo. Que nadie va a venir a salvarte de esta maldita soledad.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales