COMPAÑÍA NOCTURNA
La sensación es extremadamente relajante y cada vez más placentera.
Estoy profundamente dormido en mi casa de la montaña y noto como las yemas de sus dedos, apoyadas sobre mi cabeza, hacen movimientos de vaivén y rotan con suavidad, produciéndome una paz sensorial intensa. Y, es que, a quien no le gusta que le masajeen el cuero cabelludo.
Sus manos se deslizan con ternura hacia mi nuca con delicados movimientos lentos y circulares.
Poco a poco me voy despertando y de repente noto que esa paz sensorial se torna en una situación pavorosa, de horror.
A medida que mi mente va tomando consciencia, siento como mi corazón late angustioso con fuerza, todo parece irreal y tengo una fuerte sensación de calamidad inminente.
Ahora me doy cuenta realmente de que son las tres de la madrugada, vivo solo y mi cabeza sigue siendo masajeada.
eusebio efe.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales