Sonia se sitúa cerca de su marido, buscando algún tipo de cobijo, nerviosa, mientras Víctor extiende la camilla a los pies de la cama.
Oscar se acerca y la abraza besando suavemente su frente, tranquilizándola mientras ambos observan como Víctor termina de montar la camilla y coloca en la pequeña mesa auxiliar cercana unos botes de cremas y aceites.
- Bien... si me dais un minuto, y me lo permitís... me pongo el pijama y empezamos vale...
Sonia asiente y aparta la vista hacia Oscar, que es el que habla
- Claro, por supuesto, el baño está ahí mismo..
- Bien... pues en un minuto empezamos
Oscar aprovecha para abrazar de nuevo a su chica y besarla rozando su culito sobre el grueso albornoz.
- Te noto tensa Sonia, relájate... dice sonriendo... - te encantará, y verás qué bien te sienta
- Si... bueno... eso espero...porque me muero de vergüenza... que hago ahora? me tumbo? espero?
- Espera a ver qué nos dice el, y tranquilízate tonta...
Víctor sale del baño con una especie de kimono blanco, anudado con una abertura en el pecho que deja ver su torso marcado, bronceado, y perfectamente depilado..
- Bien, vamos allá... dice acerándose a ella...
Oscar se sienta en una de las butacas de la habitación, y coge su móvil para curiosear mientras Víctor se acerca a su mujer
- No me has dicho tu nombre... le dice sonriendo
- Sonia, soy Sonia...
- Pues encantado Sonia, yo soy Víctor y voy a intentar que te relajes y disfrutes de un buen masaje en la siguiente hora, de acuerdo? -dice con una preciosa sonrisa
- Bien... dice ella tímidamente... - me tumbo? dice ella con voz temblorosa...
- Si, bueno, primero te tumbarás boca abajo y empezaremos así...
Sonia abre el albornoz, y en un instante Víctor está a su lado ayudándola, se deshace de él y se acerca a la camilla, se apoya en ella y tímidamente dice...
- Me quito el sujetador? bueno no se... tu dirás...
- Ehh, bueno, sí, lo ideal es que sí, pero s prefieres puedes solo desabotonártelo y puedo hacerlo así, como tú prefieras....
Sonia mira a su marido rápidamente... y es él quién con un gesto la anima a quitárselo, mientras Víctor revisa los botes de cremas y aceites...
Sonia se deshace del sujetador rápidamente, inclinada ya sobre la camilla, evitando mostrar sus pechos directamente, deja caer el sujetador sobre la cama, y se tumba boca abajo, con su hermoso culito bajo las negras bragas de encaje.
Oscar sonríe y mira ahora como Víctor se acerca a su mujer prácticamente desnuda, sin poder evitar una erección que se ocupa de disimular con la postura.
Victor lo mira antes de empezar, como buscando su aprobación, que Oscar concede son una sonrisa y asintiendo un par de veces.
Él se acerca por un lateral de la camilla, se unta las manos en aceite y empieza a masajear la espalda y el cuello de Sonia, que permanece un poco tensa, con la cabeza en el hueco de la camilla y los ojos cerrados.
-Bien Sonia, tú me dirás cómo quieres que vaya el masaje, si prefieres que sea fuerte para descontracturarte, o lo prefieres más relajante... o dime si algo no te gusta vale?
- Aha, asiente Sonia-
-Otra cosa... mira, quizás se pringuen un poco las braguitas que llevas..., lo digo por si quieres cambiártelas, o algo, sino intentaré apartártelas un poco... como tú me digas...
- No se.. no importa, no te preocupes....
- Bien.. pues seguimos entonces.... dice Víctor mientras continua masajeando la espalda, pasando levente por los costados cada poco rozando el lateral de los pechos de Sonia, que suspira cuando los dedos presionan con fuerza en algunas zonas más cargadas
- Siéntete libre de suspirar o gemir incluso, es importante que tu respiración y el masaje vayan acompasados, vale?
- Aha.. dice Sonia suspirando de nuevo
El masaje continúa normalmente unos minutos mientras Oscar en su butaca contempla la escena tranquilo, ojeando su teléfono de vez en cuando, hasta que Víctor pasa a la zona de las piernas. Poco a poco las va untando de aceite con sus manos, masajeando los muslos, los gemelos y hasta los dedos de los pies... subiendo de nuevo por la cara interna, reduciendo cada vez mas la distancia que separa sus manos del sexo de Sonia. Con la inercia del masaje, las piernas cada vez se separan un poco más, nada exagerado, pero lo suficiente para que los índices de Víctor rocen su sexo en un par de ocasiones, sin hacer saltar sospecha de ningún tipo en ella.
-Qué tal va Sonia? le pregunta Víctor
- Bien..muy bien la verdad....
- Mira... me gustaría seguir y masajearte los glúteos- dice Víctor subiendo lentamente por la parte exterior de los muslos y llegando a las caderas, presionando ligeramente las nalgas de Sonia hacia dentro, metiendo levemente dos dedos bajo la goma de sus bragas
- Si te sientes incómoda, o no quieres, me lo dices o me haces un gesto, y no hay problema vale?
- Si... dice ella un poco tensa notando como esos dedos se meten bajo las bragas lentamente.
- Lo ideal aquí sería que te pudieses quitar las braguitas, sería más cómodo para ti, y además no las mancharíamos de aceite... yo te lo comento, te dejaría la toalla por encima, eso sí, pero entiendo que es un poco violento... así que como todo... tu decides vale preciosa?
- No se... casi mejor que me las dejo puestas.... las aparto asi un poco- dice Sonia metiendo las bragas entre sus nalgas y dejando la parte blanca, no bronceada de su trasero al aire
- Bien... perfecto así... mira por donde has improvisado un hermoso tanga... ríe Víctor.
Sonia Sigue tensa, la situación no es cómoda, está prácticamente desnuda ante un extraño, que está sobando, con mucho oficio eso sí, su trasero.
Víctor sigue masajeando el culo de Sonia, bajando a los muslos, volviendo a subir, regresando a la espalda alguna vez... pero centrado en ese trasero que empieza a despertar en él sus instintos, escondidos bajo la máscara del masajista.
- Está bien así cariño? Le dice Víctor con cada vez más confianza...
- Si si... todo bien... contesta Sonia suspirando
Víctor aumenta un paso más la intensidad sensual del masaje abriendo levemente las nalgas de Sonia, sin darle importancia, como parte del masaje, pero sacando a la luz zonas íntimas de Sonia que asoman de las bragas.
En ese momento se produce ese sonido, leve, imperceptible para Oscar, pero no para Víctor, ese tenue sonido que hacen los labios al separarse, ese suave chasquido de un sexo húmedo que se abre cada vez que con las palmas de las manos separa sus cachas.
Sonia no necesita oírlo para darse cuenta de lo que ya sabe, de lo que esas manos de seda han provocado, del volcán que empieza a despertarse en sus entrañas.
Intenta pensar... pronto acabará, estaremos solos en la cama, follando como hace meses que no follamos.,. los dos solos.... pero... esas manos... que dedos.... qué gusto.. que no pare todavía por favor... no hace ningún daño que esto siga un ratito mas..... intentando negarse a sí misma lo evidente... esas manos, son las que la están poniendo a mil....
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