El acampe del sol

Alto en la sierra el frío implora perdón. ¿A dónde irá mi corazón cuando escampe la tormenta? Bajaré por el agua helada y nadaré hacia un castillo de cristal, que me recibirá retandome a que desafíe al nuevo mundo, a la modernidad.

¿Cuántas veces le aposté al calor de tus mañanas y solo recibí soledad? ¿Cuántas vagas intenciones tuviste para amarme y jamás pudiste romper con ese laberinto al que llamás corazón? Rompiste tu mente para volar hacia la liberación inmediata, pero nunca pudiste encontrar el camino y nunca encontraste ese sol que te daba la chance a amar.

Veo volar a los pajaros en dirección contraria al río, hacia la eternidad, mi mente dice ve y mi corazón dice respira y aguanta la embestida del engaño. Mi cuerpo, rodeado de agujas me pide a gritos la salvación, ilógica y peligrosa. ¿Hacia dónde voy? 

Qué vida habríamos de tener si conocieramos el don de la inmortalidad, perdida la fé, no hay lugar para el amor. Las horas que pasan cortan en dos mis intenciones de volar y jamás podré encontrarte, bendito sol.

La lluvia es mi llanto y tu caparazón mi terrible desilución, como ver de lejos al amor y de cerca a la desidia. Dichoso corazón, levantate y trata de volar, en el cielo no esta tu perdición, solo lo esta en el fondo del mar, dónde sueña dios.