RECUERDOS TRISTES

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Días de soledad y recuerdos de caramelo me llevan a evocar un pasado cercano cuando era un pobre e inculto principiante.

Ahora bajo la lluvia, rememoro la dulce sonoridad de sus palabras cuando me recriminaba como una cría que la protegía demasiado y las gotas repiquetean en el cristal del coche  imitando el tintineo de su voz cómo cuando decía que me quería.

El viento sopla fuerte y una canción de amor suena en la radio, una parecida a las que oíamos en prueba de nuestro su amor.

Pero esta noche esos recuerdos me hacen daño, quizás…….demasiado.

Me hubiera gustado mirarla a los ojos y, sin decir nada, mostrarle que la quería, o más aún, por alguna extraña razón………que todavía la quiero.

La tímida luz de la farola que alumbra el papel donde ahora escribo, hace más difícil que mis pensamientos broten con su fluidez habitual.

Recuerdo cuando en la soledad de mi habitación, abrazado a la almohada, intentaba oler el perfume de su cabello, cómo sentía junto a mi boca como un fuego su respiración y rodeando con mi brazo su ficticio cuerpo de goma-espuma la sentía pegada a mi cuerpo y me despedía con un beso en su cuello de tela.

Siempre pasa igual cuando te enamoras de una sombra que cuando la sigues te huye y de la que escapas te persigue.

Dar sin esperar, querer sin esperanzas, rezar sin fe; acciones que se hacen sin razón alguna, pues como alguien dijo alguna vez: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”.

Ahora sólo me queda el recuerdo de aquel tiempo pasado, el agridulce sabor de unas imágenes y el amargo sentimiento de una inexistente despedida, que imagino fue su adiós.

El alma rota en mil pedazos y el corazón encerrado dentro de una jaula de insensibles e invisibles barrotes de dolor.

Ella un día me dio la vida y al irse, se llevó con ella parte de la misma. Ya no tengo con quién compartir mi soledad, ya no oigo más su voz.

Se fue, desapareció como vino, igual que las olas en la orilla que vienen, te besan y se van.

No la odio, pues no la busqué, nos encontramos y disfrutamos nuestro tiempo juntos.

No la perdí, pues no puedo perder lo que nunca tuve.

¿La quise? Como yo solo puedo y se querer; con todo mi ser, con todo mi corazón, con toda mi alma.

Le agradezco todo lo que me dio; penas y alegrías, locura y sensatez, sentimientos encontrados y olvidados y, aunque parezca mentira…….AMOR.


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