HOY ME SIENTO MAL

Hoy me siento mal. Tanto que no tengo palabras para describirlo, tanto que mi boca no puede dejar salir las palabras impronunciables de dolor.

Mis ojos luchan por mantener su sequedad aún cuando las lágrimas brotan y se debaten por escapar de su eterna jaula de recuerdos.

El escaso aire de mis pulmones parece desaparecer de vida en cada bocanada y un inmenso dolor imperceptible a los sentidos oprime mi corazón apretándolo como si quisiera extinguir su vida.

Hoy me siento mal. Mis fuerzas flaquean y la energía que ayer me revoloteaba en el estomago se ha convertido en un amasijo de dudas, congoja y pena.

El nudo que ahora anida en mi garganta aprieta con fuerza y ni tan siquiera deja escapar, ni tan siquiera deja salir, ni tan siquiera deja nacer algo que esa pequeña parte de sentimentalidad que todos llevamos dentro, llamada……. llanto.

Hoy me siento mal. El peso del mundo recae sobre mis ya cansados hombros y no puedo soportar el peso de todos los golpes que he ido cargando durante todo este tiempo.

Mis fuerzas flaquean y mis ganas de luchar se diluyen como un terrón de azúcar en el abrasador café de media tarde.

Hoy me siento mal. Las sombras se apoderan de mi espíritu cansado y me llevan junto a Hades en un largo, lento y tortuoso caminar.

 Los movimientos son lentos, las palabras….escasas, mis pensamientos se entremezclan  en una sangría de sentimientos inanes y fútiles que no me llevan a ninguna parte, justo donde quiero estar.

Hoy me siento mal y no quiero remediarlo, me auto castigo para ver si así, aprendo la lección tantas veces enseñada y nunca aprendida que otras veces me ha hecho sentir igual.

No hay cura ni remedio para este dolor, el hombre en su inmensa sabiduría no ha creado el antídoto para este mal que ahora me afecta.

No hay ni tan siquiera un respiro para la ponzoñosa picadura que la duda siembra dentro del corazón del hombre.

Hoy me siento mal, perdido del mundo en medio de tanta gente y queriendo desaparecer para encontrarme de nuevo.

Siempre es más de lo mismo, es un laberíntico sentimiento del imposible cambio que todos buscamos y ninguno, o muy pocos, nos atrevemos a realizar.

Hoy es un día aciago para mí porque me siento mal.

Hoy me siento mal…….hoy…..me siento mal.