A veces cuando el dolor te llega tan dentro y el miedo se apodera de ti, es tal la intensidad, que pareces caer en un abismo de tormentas de pensamientos y recuerdos destructivos.....pero después de la tormenta siempre llega la calma y la estabilidad y la rutina, que no monotonía,y las ganas d luchar,de reír,de vivir,de valorar todo y dar gracias a la vida por seguir viva.
Y es que a veces, dejamos que esa parte diminuta del cerebro que evoca los recuerdos se apodere de nosotros,dándole paso a lo irracional y emocional descontrolado para autolesionarnos con recuerdos tristes. Y hay veces que pienso que quizá,sólo quizá...buscamos una excusa para poder llorar por algún motivo real de dolor porque quizá,sólo quizá nos sorprenda lo bella que es la vida y nos cueste creer poder sentir tanta felicidad...
Hoy mientras corría miraba las hojas planear delante de mis pasos, como los minúsculos y poderosos rayos del sol atravesaban nubes casi pintadas con un perfecto desorden que hacia el cielo más bello aún y pensé: Este día va a ser único e irrepetible y jamás podré volverlo a vivir y pensé: Mi vida es maravillosamente imperfecta y la tristeza siempre estará pero NO dejaré que sea MI PRIORIDAD.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales