LA DAMA DE SHANGAI (PARTE 2)
Por MORRIS
Enviado el 26/09/2014, clasificado en Amor / Románticos
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Cuando me dispongo a llegar a su lado y justo antes de poder decir mi primera palabra, noto como algo punzante se clava en mi cuello para seguidamente caer al suelo semiinconsciente.
Antes de perder por completo el sentido, alcanzo a ver parte de su rostro que se me antoja exótico e intrigante mientras su voz se me graba dentro del alma y sobre todo ese perfume que inunda cada molécula de oxígeno en mis pulmones.
Con un dolor de cabeza espantoso me levanto de la cama en la habitación de mi hotel sin tener la más remota idea de cómo he llegado hasta allí.
Con pasos titubeantes me acerco al lavabo para refrescarme la cara y descubro con gran asombro el tatuaje de dos dragones enfrentados en mi pecho.
Intentando recordar lo acaecido durante ese tiempo, me doy cuenta de que ya es lunes y me queda menos de una hora para que empiece la reunión de mi vida. La que me encumbrará o mandará mi carrera al foso del olvido.
La gran sala de reuniones está ya cerrada y los asientos ocupados por la plana mayor de la empresa y al final de la gran mesa de reuniones un sillón de cuero negro lo preside todo dándonos la espalda.
Me disculpo por el retraso y sin más dilación comienzo mi presentación. Deambulo por la sala dando mil y una explicaciones mientras mi nariz empieza a notar un familiar y deseado aroma. Con cierta extrañeza sigo mi disertación con un aire entre preocupación y excitación, mientras el sillón negro sigue dándonos la espalda.
Las caras de los allí presentes parecen ser de cera, ni una mueca, ni un movimiento, como si esperaran la aprobación de algo o de alguien para poder moverse.
Cada poco me acerco la mano al pecho para paliar el dolor que me causa el tatuaje.
Ya finalizada mi labor el silencio reinante ahoga cualquier sonido en la sala de reuniones. Solo unas palmadas rompen la agonía producida por el mutismo de los presentes. El sillón de cuero se gira para mostrarme a una mujer de pelo largo, lacio y oscuro que embutida en un vestido oriental de color rojo se levanta y con una voz dulce a la vez que seria me felicita por la presentación de mi trabajo. Es entonces cuando el resto del personal comienza a felicitarme dándome la mano y diciéndome cosa que supongo son cosas buenas, pues no conozco el idioma.
Al acercarse a mí, el perfume que emana de su piel me vuelve a llevar a un estado de casi hipnosis, recordándome lo pasado hace dos noches, pero ..es imposible, no puede ser que sean la misma persona.
Entre el gentío, la presidenta y dueña del emporio se acerca a mi oído y con una sensualidad inusitada me da la bienvenida con esta frase: Bienvenido al clan de los dos dragones
Para seguidamente ponerme en la mano la llave de la suite presidencial del hotel. Su habitación.
Ella desaparece entre la multitud y su perfume me lleva hasta la puerta de su habitación.
La abro con la intención de descubrir que es lo que me ha pasado estos días y allí detrás de unas cortinas blancas veo como se contonea una mujer. El perfume se hace cada vez más intenso y mis sentidos comienzan a flojear. Aparto con una mano suavemente una de las cortinas y descubro un antifaz negro de raso en la cara de aquella mujer misteriosa que ahora no parece querer ocultarse. Pero al levantar la mano para descubrirle la cara, vuelvo a quedar inconsciente.
Con un terrible dolor de cabeza me levanto de la cama en la habitación de mi casa, me acerco al lavabo para refrescarme la cara y descubro que el tatuaje sigue ahí.
Suena el teléfono y una voz conocida me pregunta por mi estado. Es Jhon, mi mejor amigo diciéndome que la próxima juerga nada de mezclar cerveza, licor de rosas y comida china y mucho menos visitar a un tatuador después de todo eso.
¡Algún día me tendré que reformar!
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