DOS PALOMAS Y UN GAVILAN (PARTE III)
Por ALVARO VILLA REY
Enviado el 02/10/2014, clasificado en Adultos / eróticos
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Los tres, son mas de las doce de la noche. En la barra del bar hay media docena de clientes, todos hombres.
Yulema baila y se contonea muy sexual, me besa, le baila también a Ana Maria ellas juegan a rozarse con movimientos y gestos lésbicos, me acerco y beso a Yulema, Ana Maria me mira me acaricia la cara y se ríe.
Veo por el rabillo del ojo que los hombres que están en la barra no pierden detalle de nuestros juegos y danza, las guapas camareras y el segurata también nos observan, ellas con caras de complicidad, el segurata con cara de mala ostia, puede que tenga que actuar pues los clientes que están en la barra puestos de alcohol se están poniendo cachondos por nuestras danzas y juegos eróticos.
Suena; Miserliou Twist, de Dick Dale, Yulema me anima e insiste para que también juegue con Ana, yo ante todo soy un caballero y si a mi amante no le importa ni se cela, pues me lanzo a seguirle el juego a su amiga.
Ana me acaricia la cara, se da la vuelta y pone su culo contra mi bragueta, la agarro de de los muslos y la aprieto hacia mi, beso su cuello a la vez que seguimos el ritmo de Dick Dale, ahora siento como se coloca detrás mío Yulema, una mano la lleva a mi bragueta la otra al vientre de Ana, Yule me besa en mi cuello, me vuelvo para buscar su boca, Dick Dale nos mece con su ritmo, en la pista tan solo estamos los tres y Dick Dale, con su Miserliou Twist.
Estamos jugando, esto ha despertado el apetito sexual de los tíos que están en la barra, ya están en la pista los seis nos rodean, quieren entrar en nuestra fiesta, miro hacia la barra, las camareras están con cara de preocupadas, el segurata con su peor cara está colocado cerca de la pista, yo soy un hombre de la talla M, los que nos rodean son de la talla XL, estos galufos no han visto los documentales de TV donde a veces un insecto puede llegar a matar un elefante.
Seguimos con nuestros juegos y acercando mi boca a los oídos de Ana le susurro.
.- A estos ¿quién les ha invitado?
Desde atrás mío para que escuchemos Ana, yo y pienso que hasta los galufos le han escuchado, nos dice Yule.
.- Tu ni te muevas que con estos boludos Ana y yo no tenemos ni para empezar.
Mi amante aprieta mis huevos y me dice al oído.
.- Aitor, tu tranquilo.
Se acerca hacia Ana el mas chulito de los seis, con movimientos arrítmicos y sonrisa de chulo, a pocos centímetros de Ana, sin tiempo a reaccionar veo como le suelta un guantazo en la cara que lo ha dejado; quieto, descompuesto y perplejo.
Miro detrás de mí y hay otro chulo, torcido de rodillas en el suelo con la cara desencajada, agarrándose sus huevos y sin respiración, se paró la música, el segurata ya está en la pista y dos voces agudas de leonas rugen.
.- A vos ¿quién os invito a la fiesta boludos?
Dice Ana, a su lado Yulema también ruge.
.- Iros a mamárosla entre vosotros que estáis en pareja, payasos.
Salimos del bar, en la calle recordar a los galufos retorciéndose en la pista de baile y pasmados, nos reímos.
Podría haber acabado todo en un gran lío de ostias, con graves consecuencias para nosotros.
Entramos en otro local frente al que estábamos, pedimos las copas, a Yulema no le dejo que beba mas alcohol.
.- Yulema cariño, no bebas más, me gusta hacerte el amor, ver tus caras de placer más que ver una cara alegre por el alcohol.
.- Este cabrón ¡cómo me convence!
En la pista los tres, seguimos con nuestros juegos, esta vez un poco más subiditos de tono. En la pista de baile no estamos solos hay bastante mas gente que en el bar anterior, un par de chicos y un grupo numeroso de chicas que parece que están de despedida de solteras, nos miran y nos ignoran, nosotros seguimos bailando con todas nuestras fantasías y juegos.
Me atrevo a besar a Ana Maria en la boca, Yulema nos mira y sonríe, la beso a ella también, jugamos con nuestras manos, sin llegar a ser exagerados, estamos en público; los tres pienso que nos frenamos.
Son las dos de la madrugada, decidimos abandonar el local.
Dejo que estas dos leonas me lleven donde ellas quieran llevarme.
Ahora que estamos en la calle puedo acercarme con más confianza a Ana Maria, la veo con más detalle, es más bonita de cara que Yule, las dos llevan falda corta, las piernas de ambas son preciosas.
.- ¡Joder! ¡qué mujeres más hermosas!
Grito en alto.
Las dos me miran, es como si ellas estarían conspirando algo y yo fuera su víctima, su corderito, al que van a sacrificar.
Ana Maria me mira y dice.
.- Aitor, vamos a mi casa, tengo hambre.
Sin tiempo a que yo diga nada Yulema me interroga.
.- Aitor ¿a ti te gusta la carne o el pescado?
La miro atónito, no entiendo a que viene esta pregunta.
.- Ahora no tengo ganas de comer nada, tu ya sabes que en el Biarritz como de todo, carne y pescado.
Las dos me miran como si habría dicho una tontería, se ríen a carcajadas, sus risas hacen sentirme ridículo, no entiendo ni le veo la gracia.
Yulema se acerca y dándome primero un azote y colgándose de mi cuello me dice al oído.
.- Tonto, Ana Maria le va tanto la carne como el pescado, te hablo de sexo.
.- ¡Qué suerte tiene Ana! tu eres su carne y yo su pescado o al revés, que mas da, para mi las dos sois carne y que mejor seria que darme un atracón.
Ana se me acerca y poniendo sus manos en mi bragueta me besa en la boca con pasión y dice.
.- Yuli me ha hablado mucho de ti, quiero conocerte personalmente.
Les sigo el juego a estas dos leonas y los tres nos perdemos en las calles de Bilbao.
Estamos en el centro de Bilbao, en casa de Ana Maria.
La casa está decorada en un estilo muy minimalista, esta decoración es cómoda y muy fácil para limpiar. En las paredes hay cuadros de paisajes argentinos y de peonajes que supongo serán familiares de la dueña de la casa.
Ana como todas las mujeres, tiene esa manía de enseñar la casa, en la cocina nos invita a que comamos algo, yo solo pido un vaso de agua y Yulema otro, ella se prepara algo para cenar.
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Alvaro Villa Rey
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