LA GUÍA TURÍSTICA (PARTE 2)

Sin saber cómo el autobús se ha detenido justo en frente de El Pilar y allí con el freno de mano puesto, la complicidad de los cristales y los asientos maravillosamente anchos se suceden una gran variedad de posturas, gritos y arañazos.

Volvéis a la posición inicial pero esta vez ella te mira a los ojos para empezar de nuevo otro baile sexual. La agarras por las piernas liando tus dedos con el liguero y ella con las manos en alto se deja cabalgar como una yegua en celo.

En un momento de lucidez, observas por los espejos retrovisores que una pareja de la guardia municipal observa el autobús que lleva más de una hora parado y se acercan con curiosidad sacando sus libretas de los bolsillos. Sin cambiar de postura y empujando tu cintura hacia arriba y hacia abajo arrancas el bus y te diriges no sin cierta dificultad hacia las cocheras de la línea de autobuses.

Allí te espera el grupo de adorables ancianitos que debéis guiar esta tarde por las calles de la capital aragonesa.

No sin dificultad te arreglas la corbata y te atas el cinturón mientras ella se recompone el moño con un lapicero y se coloca la falda en su sitio.

Antes de abrir las puertas para dejar subir a los clientes, Roberto le comenta que el próximo viaje será al Moncayo pero que tendrán que prepararlo bien antes puesto que esa salida durará bastante más tiempo, ella sólo sonríe y baja del autobús para perderse entre los vejetes que se apelotonan en la entrada.

Una voz conocida pregunta en alto: “¿Dónde has estado todo el día Roberto?”

Su compañera de trabajo María no parece haber estado mala, solamente se retrasó un rato.

¿Quién era esa mujer? Y algo más importante aún ¿La encontrará para su visita turística al Moncayo? Quién lo sabe amigo mío…….quién lo sabe….