TIARRON
Te marchaste sin despedirte. Ni siquiera pude intentar retrasar tu partida, o simplemente estar ahí apoyándote, como sabes que siempre lo había echo, al igual que tu para conmigo.
Un crespón negro llevo en tu honor, allá por donde me llevan los días de subidas y bajadas
.
Un crespón negro, que me recuerda que ya no estas entre nosotros.
Un crespón negro, el cual esperanzado, espero no ver cuando me encamino hacia mis tareas de jornal, del cual tu ya no podrás disfrutar nunca mas
.
Si, he dicho disfrutar. Porque así era tu vida, luchabas por ti y por los tuyos día a día, semana a semana, año tras año.
Hacías tragar sus venenosas lenguas a todos los que te veían como a un loco, y competías para ser lo que fuiste
, el mejor.
Tiarron me llamabas. ¿Quién me lo dirá ahora?
.
Nadie, por lo menos de corazón, como tu lo sentías, a sabiendas de que el halago era mutuo.
Te has ido dejándonos solos y desolados. De ti dependía mucha gente, eras como el maestro guía de toda una nación.
Ahora, se que estés donde estés las cosas cambiaran a mejor, ya te encargaras tu de que así sea
.
Bueno, amigo, de corazón te digo que siempre te recordare por tu forma de ser y tu altanera presencia, la cual era suficiente para llenar cualquier espacio de tiempo y de lugar .
Y tu eras el tiarron, no yo. Gracias por todos los buenos momentos que nos diste.
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