Denunciar relato
Desde lo invisible, disuelto en sus gotas,
oí llorar las voces de los ángeles
mientras me hallaba en aquel tiempo sin horas.
El aire, sesgo de lágrimas y sangre,
de la noche arrancado hace dos mil años,
gritaba la eternidad de aquel instante
Instante sin tiempo que ayer y mañana,
presentes en mil voces de sombras de hombre,
la agonía de un dios, de un hombre observaban.
Pero aun ignorando la razón exacta,
se reveló en mí la impronta del tiempo
que a hombre o dios en la nada consumaba.
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