Denunciar relato
Y vi a las piedras desgarrar un grito
y vi al trueno paciendo su mansedumbre,
Y también oí que el ayer fue olvido
Y sentí que mis pensamientos huyeron
volando sobre aquel grito de mi rabia
que llenó de nunca jamás aquel cielo.
Y abajo, envueltos de la negra indecencia
ajena de la bestialidad del alma,
víctimas de humo cantaban su inocencia.
Y el porqué se hizo de carbón en sus bocas
y sus ojos, fortaleza de lo humano,
buscaron en el infinito sus horas.
Y los campos, si alguna vez existieron
a la mandioca cambiaron por azufre
y al xilófono por un callar eterno.
Oí cantar pero no supe entenderlo
cerré los ojos y cuando volví a ver,
no vi, solo vi que el vaso estaba lleno.
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