Groucho y el Siglo XXI (2)

Buscando a Miss Dumont

No tengo a dónde ir, voy a probar otro de estos botones:

-¿Quién es?

-¿Vive aquí Miss Dumont?

-No, somos inmigrantes chinos.

-¿Puede darme una tacita de chop suey?

-No tenemos restaurante, tenemos una lavandería.

-En ese caso, ¿puede lavarme la camisa? Hace algún tiempo que no la lavo. Concretamente desde mi funeral en 1977.

-¡Váyase o llamo a mi primo Jackie!

-¿Jackie? ¿Qué Jackie?

-¡Jackie Chan, estúpido! ¿No conoce a Jackie Chan? Es un gran luchador y le partirá todos los huesos.

-Pues tiene para rato, porque tengo unos doscientos. Da igual, déjelo. Tengo mucho aprecio a mis huesos, los llevo desde que nací.

En mis tiempos la gente era más amable. Especialmente los chinos. En mi restaurante oriental favorito, me hacían reverencias cada vez que entraba. Claro que siempre les traía algún gato callejero que mi hermano Harpo había atrapado.

Ah, la puerta se abre. Dios mío, están saliendo unos hindús. ¿Me habré equivocado de ciudad? El caso es que parece New York, aunque por el Sur creo recordar que habían dos torres muy altas. Da igual, aprovecharé para entrar. Voy a juntar mis manos en plegaria y a hacer reverencia al cruzar con ellos, no sea que tengan otro primo de esos luchadores, Jackie Mahabarata o algo así.

Menos mal, ya estoy dentro. Reconozco el pasillo, no ha cambiado excepto por la pintura de las paredes. Está llena de símbolos y letras raras de muchos colores. ¡Qué mal gusto, con lo bonito que era el de mi apartamento, con flores verdes y amarillas y cerditos con traje de comunión!. Apartamento 351, es aquí. Espero que Miss Dumont esté en casa. Voy a llamar al timbre....

Oigo pasos, suaves como la caricia del viento en la superficie del agua. Se abre la puerta. ¡Dios Santo!

-¿Sí?

-¡Miss Dumont! ¡Está usted jovencísima!

Me desmayo y caigo al suelo.

(Continuará...)