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Con una buena ironía se puede llegar muy lejos. Esa capacidad de decir las verdades sin tapujos, pero con elegancia. La gente rechaza las ironías. Y yo no entiendo por qué. Vivimos en una sociedad que premia la sinceridad. Sinceridad que duele. Dolor que no se acepta. Aceptación... que los bordes naturales como yo no tenemos. Y es que yo... ¿yo no me merezco un premio?
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