Era cerca de media noche y aún estaba en la oficina; todos se habían ido ya, no quedaba nadie salvo el guardia de seguridad que vagaba por los pasillos de todo el edificio. No era la primera noche que trabajaba hasta tarde pero algo raro en el ambiente se sentía todo estaba silencio, el ruido del teclado era lo único que se escuchaba, eso y unos amortiguados pasos cansados avanzando por el corredor.
Pude observar por la ventana cómo un rayo cruzó el cielo de repente, debía apurarme para salir la carretera estaba llena de baches y no quería quedarme varado por ahí. El fuerte golpeteo de la lluvia hizo que desistiera de continuar con el trabajo, estaba recogiendo mis cosas cuando inesperadamente cesó la lluvia y un grito gutural se escuchó cortando a filo la noche un escalofrío recorrió mi espalda y mis cabellos se erizaron una sombra pasó por la puerta de la oficina y tembloroso decidí ver lo que pasaba. Salí al corredor y todo oscureció sin más, seguramente una falla eléctrica por la lluvia era lo que la provocaba. Saqué el celular para alumbrarme un poco y aunque no veía muy bien pude comprobar que no había nada ni nadie cerca.
Los pasos del guardia no se escuchaban, seguramente estaba en su cubículo descansando. Decidí volver por mis cosas y marcharme, el cansancio estaba jugando con mi mente eso de ver sombras y seguirlas no era lo mío.
Debía tomar la escalera pues no estaba seguro que el elevador funcionara con la vieja planta de luz, celular en mano bajo lentamente peldaño a peldaño los tres pisos que me separan del estacionamiento, algo en el escalón hizo que trastabillara y resbale, trato de asirme al pasamanos y algo caliente y pegajoso se embarra en mi mano, caigo sin remedio por casi un piso completo, no puedo moverme la luz regresa y lo único que acierto a ver es el cuerpo inerte del guardia a mi lado sobre un gran charco de sangre, eso, y el reflejo de sus ojos en el cuchillo agarrado fuertemente en su mano con el que se los arrancó ...
Malu Ramírez
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