El reencuentro con mi tía Teresa II.

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
22624 visitas

Marcar como relato favorito

Aun en el momento en el que me encontraba, no me olvide de mi cometido, que era tener una sesión de sexo anal, por lo que acercando mis dedos a su vagina y después de llenarlos de aquella mezcla de mi saliva y de sus fluidos, los acerque a su boca para que disfrutara de aquel manjar y al mismo tiempo siguiera lubricando mis dedos para comenzar a metérselos por su hermoso anito, ella al principio se movía un poco, haciendo notar que los dedos en su ano era nuevo para ella, pero al cabo de un rato de meter y sacar y de seguir estimulando su clítoris, ella parecía disfrutarlo, después de un tiempo me dispuse a meterle ahora 2 dedos, esta vez más lento para que ella lo disfrutara, a mí me encantaba estar en aquella posición, pero ella ya muy candente se incorporó y comenzó a guiar mi pene hacia su puchita. Esa sensación era muy placentera, al principio lo hizo lentamente y aumentando su velocidad hizo que yo estuviese por venirme, por lo que con un movimiento rápido pero no brusco, me levante y puse mi pene en su boca, ella por instinto siguió mamando y de repente mi semen salió adentro de su boquita, ella seguía disfrutando, y algo que me éxito fue que sin dudarlo se tragó aquel líquido.

Seguimos con las caricias y juegos, yo tratando de llegar a los accesorios que había adquirido, me hice de un plug, y rápidamente mientras ella me besaba el abdomen lo llene con lubricante y le dije que eso le ayudaría a dilatar su ano y que me permitiría tener sexo anal, sin que a ella le doliera tanto, este artefacto era nuevo para ella pero accedió y con un gemido que a mí me éxito de nuevo, se lo introduje en el ano y comencé a moverlo dentro de ella, la voltee y seguimos besándonos, ella aun con el plug en su culo. La primera penetración nos dejó un poco agitados, así que nos tomamos un respiro, y comencé a retirarle el plug y a besar ese anito, que ya se veía un poco dilatado. Le ofrecí una cerveza y ella accedió.

Después de unos momentos, y al terminarnos la cerveza, comenzamos de nuevo el juego de besos y caricias, pero esta vez yo estaba dispuesto a quitarle toda su vestimenta, excepto las medias y las zapatillas, entre las caricias yo la fui desnudando, y quedo ante mi ese hermoso cuerpo desnudo, unos senos pequeños pero antojables, sus pezones estaban paraditos y muy ricos, tenía unas nalguitas muy lindas que anuqué ya había acariciado y besado anteriormente no me había dado el tiempo de contemplarlos de esa manera, tenía ante mí a una diosa desnuda, que se veía muy elegante por las medias y las zapatillas. Después de contemplarla y pedirle de nuevo que posara para mí, y tomar más fotos, la bese, la lleve al sillón y la coloque en cuatro, tomando el lubricante, vertí un poco en su anito y otro tanto en mi polla, y después de estimular por un minuto su culito con mi dedo, fui acercando la punta de mi pene hasta encontrar la entrada y comencé a empujar lentamente, este aun no estaba dilatado del todo, pero a mí me gustaba que pusiera un poco de resistencia, y ella realizaba unos gemidos muy excitantes, después de un último empujón, toda mi polla estaba dentro de su culito, y me sentí muy contento de saber que yo era el primero en penetrar ese culito, sin sacarle el pene de su culo me incline y me acerque a su oído y le pedí que me prometiera que su culito solo sería mío, ella asintió, y reincorporándome, comencé el juego de meter y sacar, lentamente aumentaba la intensidad hasta que sentí venirme de nuevo, y rápidamente sacando mi pene y quitando el condón vertí mis semen sobre su hoyito dilatado, sin dudar tome una foto más de aquel anito rico. Ella estaba un poco adolorida pero me confeso que le había gustado y quería que lo repitiéramos. Nos sentamos por otro rato en el sillón, aprovechamos para besarnos y degustar de otra cerveza.

Después de un rato, yo ya tenía preparada la siguiente jugada, ahora le pedí que se pusiera un juego de ropa interior con encaje de color azul turquesa, esto era otro momento de excitación para mí, ya que la primera vez que hicimos el amor ella tenía puesto un juego similar, ella accedió y fue al baño, al salir mi impresión fue nuevamente de maravilla se veía espectacular, yo me acerque y la bese la acaricie, ella comenzó a descender y al grado de estar de rodillas comenzó a mamarme la pija otra vez, pero en esta ocasión de una forma lenta y muy sensual, después de un momento le tome de las manos la levante, la lleve al borde de la cama y tomándole los pies le abrí de piernas dejando al descubierto el hermoso calzón, sin dudarlo me fui a besar esa hermosa prenda sabiendo que debajo había algo delicioso, le retire su calzón y comencé a penetrarla, y con mis manos dejaba al descubierto sus senos de aquel maravilloso sostén, y por fin llegábamos a otro orgasmo. Le pedí que se pusiera de nuevo aquel traje para tomarle fotos.

Después de 3 intensos encuentros, decidimos tomarnos una cerveza más, pero ahora dentro del jacuzzi, y comenzamos a charlar un muy buen rato. Entre charla y besos ella comenzó a acariciarme el pene por debajo del agua y sin penetrar se subió sobre mí, y comenzamos de nuevo el juego, después de un rato, se movía de una forma muy sensual haciendo rosar su clítoris con mi abdomen y mi polla, de repente ella comenzó a guiar mi pene, pero mi sorpresa seria que lo guió hasta su ano, esto para mi fui genial, ya que sabía que el sexo anal le había gustado y que ahora ese culito era solo mío, yo acariciaba sus tetas y después de un rato, me venía pero esta vez dentro de ella.

Solicitamos otras cervezas y entre caricias, charlamos hasta la madrugada, después de una horas de nuestro encuentro en el jacuzzi, me dijo que me tenía una sorpresa y tomando su maleta se fue al baño, yo sabía que era un atuendo, sin embargo no sabía que esperar; pero cuando ella salió en verdad fue una sorpresa, salió vestida con un vestido de satín rojo, entallado, se dejaban ver sobre el vestido sus hermosos senos y su hermosa figura, tomo el vestido por el borde de la pierna y lo levanto un poco dejándome ver una tanga roja muy sexy y esta vez fui por ella, la recosté sobre la alfombra y solo haciendo a un lado la tanga, la penetre durísimo, al grado que ella gemía de una forma muy sensual, quedamos rendidos y con un poco de cansancio nos fuimos a dormir.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed