Norma es mi instructor del gym, un chico de 26 años, con un cuerpo musculoso y atractivo.
Siempre observaba a las chicas babeando por Norma, mientras que él solo las miraba como unas simples alumnas. Paulina, mi amiga que me acompañaba al gym, siempre me contaba de lo guapo que es Norma, yo aburrida la escuchaba. Para mi Norma era un chico nada importante, como los otros, no me llamaba para nada la atención, solo le hablaba para preguntar cuales serían mis proximos ejercicios, etc..
Lo que si notaba era que él siempre invadía mi espacio, se acercaba mucho, pero no le ponía importancia.
Una noche, ya terminando mis ejercicios, me despedí de Paulina y me puse a esperar a mi mamá. Pasó una hora y yo aun estaba ahí, ya eran las 9 hrs. empezaba a desesperarme. -¿No ha llegado tu mami por ti?- Era Norma burlándose, yo con una sonrisa tímida le respondí que no, -¿Quieres que te lleve?, ya termine- me dijo amablemente. Yo no sabia que responderle, me daba pena decirle que no, así que acepte. Una vez ya en el auto a él le sonó el móvil -¿Que paso?- hablaba con la otra persona, -Ah, si claro jaja, ahorita te llevo los papeles- colgó, -Oye, ¿no te importaría que primero fuéramos a mi casa?, es que me surgió algo importante y tengo que ir por unos papeles- dijo sonriendo, -esta bien- contesté. Llegamos a su casa, -Ven, baja, quizá tarde en encontrar esos papeles y ni modo que tú te quedes aquí en el auto? jaja no, no- dijo. No tuve de otra y baje, entramos a su casa, era linda, muy acogedora, parecía vivir solo, -Toma asiento, espérame tantito, ¿si?-, -Si- contesté, me senté a esperar un buen rato, él parecía estar desesperado por esos papeles, parecía loco desordenando todo. -Oye, ven- me jaló de la mano y me llevo a lo que parecía ser su habitación, -Mira- dijo con una cara de asombro. Era una de tantas pinturas que adornaban sus 4 paredes, eran realmente lindas, vi una en especial que logró llamar mi atención, era una pintura de dos mujeres desnudas, tocándose, era erótico. Él se dio cuenta que era la pintura que más observaba y dijo -¿ Te gustan?, a mi igual, es mi favorita- me sonreía, yo le devolví la sonrisa. Mientras contemplaba las otras obras de arte, sentí un par de manos sostener mi cintura, mi cara mostraba una emoción de sorpresa. Norma estaba muy cerca de mi, podía sentir un bulto en mi trasero, él se acercó a mi oreja y me susurró -Lo siento, no me resisto ante ti, te deseo-, sus palabras me pusieron muy nerviosa e incomoda, no sabía como reaccionar, ni que decir. Empezó a besar mi hombro, después subió a mi cuello, su mano empezó a tocar mi vagina por encima de la malla, -No haré nada que tú no quieras hacer- susurró, yo no sabía que decirle, estaba congelado, entonces recordé una frase que dice 'El hombre llega hasta donde la mujer le permite', algo así. No sabía si parar y hacerme la dama que se respeta o seguir y arriesgarme a que él piense que soy una fácil. Pasaban muchos pensamientos por mi mente, esta temblando y creo que él lo había notado, pero seguía tocando la vagina, yo no decía nada, todo estaba en silencio. Todo empezó a ponerse excitante, metió su mano dentro del calzón y empezó a masajear mi clítoris ya húmedo, mi corazón parecía querer salirse de mi pecho, mi respiración empezaba a escucharse agitada. Me penetró con un dedo, yo solté el primer gemido, después fueron dos dedos, los metía y los sacaba, mientras me masturbaba me besaba el cuello.....
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