Isla Marmara

Se despertó. No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente pero la cabeza le dolía como si tuviera resaca.Notó algo tocándole la pierna, y pronto algo o alguien comenzó a sacudirle de un lado a otro. Lentamente abrió los ojos con un gemido de disgusto. Se esperaba ver el techo del avión, o de la habitación del hotel. Sin embargo allí estaba, el calvo gordo de avión mirándole con curiosidad.
-¿Gauss?-dijo con tono esperanzado.
-¿Qué cojones?-respondió Jorge confuso.
-Ah…-suspiró decepcionado.-Not Gauss… not elegant…
-Suéltame-le ordenó mientras intentaba levantarse. El gordo se apartó y empezó a excavar en la arena con sus propias manos, murmurando palabras inaudibles. Lo ignoró y se puso de pie. Se desperezó con un largo bostezo y miró a su alrededor. De pronto abrió los ojos todo lo que pudo, sorprendido.
Estaba en una playa de arena blanca, varias planchas metálicas yacían a su alrededor, y el mar estaba lleno de restos. Maletas, tablas, y algunos cuerpos. Volvió a mirar a su extraño acompañante.
-¿Qué ha pasado?-le preguntó tocándole el hombro. Este lo miró con los ojos brillantes, como si esperara ver a alguien importante. Pero pronto vio que era él, y su sonrisa bobalicona se torció.
-El avión se estrelló en el mar. me desperté hace un rato y comencé a buscar a Gauss. Puede estar por aquí cerca… -¿Qué?-se alejó de él lentamente, confuso. Tenía la ropa mojada y llena de arena. Los zapatos seguían en su sitio pero la camisa estaba rasgada. Se palpó con las manos, exasperado. Estaba todo en su sitio. No podía creer lo que estaba pasando.-¿cómo he sobrevivido a un accidente aéreo…? Resultaba imposible de creer. Debería estar muerto, pudriéndose en el fondo del mar. Pero en vez de eso ahí estaba, en una playa paradisíaca, con el mar enfrente y la selva detrás. ¿Sería eso Costa Rica? ¿Les estarían buscando?
Empezó a andar por la playa, hacia la zona que albergaba más restos del accidente. No pasaría nada si perdía al calvo. Estaba completamente loco. -¡¿Gauss?!-gritó el hombre mientras seguía cavando. “Completamente loco” determinó el economista. Y pronto se acordó, necesitaba su maleta, o su mochila, o su plantación de marihuana. Vio un montón de maletas flotando junto a la orilla, y sin pensárselo se lanzó al agua. No le importaba que hubiera tiburones. Sin droga acabaría matando al gordo obsesionado con Gauss.
Un cuerpo se sumergió de pronto bajo el agua, y acto seguido una aleta lo siguió. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Se movió alrededor de la pequeña isla de maletas y la empujó hacia la orilla. si había tiburones en esas aguas ya lo habían visto. Aunque no sabía si preferían los muertos a los vivos. Varios cadáveres flotaban a su alrededor, pero de pronto notó algo rozando la pierna. Algo resbaladizo y frío.
Con desesperación dio un último empujón y por fin notó como tocaban tierra.
Salió del agua sacudiéndose la ropa, y comenzó a buscar su maleta. No se dio cuenta del movimiento a su derecha hasta que fue demasiado tarde. Le agarraron por el cuello y lo tiraron al suelo.
-¿Quién eres tú?-le gritó una voz femenina. Sonaba extraña, incomprensible, como si tuviera prisa.
-Soy… soy Jorge.-respondió asustado. -¿Donde esta el avión? ¿donde esta el piloto? ¿donde coño estamos?. Las palabras salían de su boca a una velocidad frenética. La desesperación se podía ver en su rostro -Em…¿no tendrás algo de speed? -le respondió ansioso, como si no le importara que una mujer lo hubiera derribado. Solo pensaba en la droga. Marihuana, crack, speed...todo valía, necesitaba meterse algo con urgencia. -Ojalá…-suspiró ella con amargura.-estoy por esnifarme la arena...tengo un mono que no veas. En ese momento Jorge miró a la enorme playa que poseía a su alrededor. Se encontraba rodeado del mismísimo paraíso.  Aquellos años en los que sufría por reducir su consumo por el gran gasto económico que le suponía parecían quedarse atrás. Se quedó mirando embobado a la arena durante largos segundos...   Continuacion de la historia: Islamarmara.blogspot.com