EL GRAN CORONEL
Este era un hombre que quería mostrar una gran valentía ante su tropa, y se imponía ante ella con vociferantes palabras que resonaban en sus tímpanos a modo de tambores de guerra, induciéndolos a la batalla. Se adentraban los miembros de aquella guarnición pensando cuales habrían de ser los enemigos a los que deberían de encontrarse, por la vehemencia con que había proferido aquellas órdenes su coronel. Quedando el retrasado a la vez que todos avanzaban por el campo farragoso temiendo que empezara de un momento a otro una lucha sin cuartel, con un bombardeo de cañones a discreción por todos los flancos y disparos de fusil a diestro y siniestro. Un miedo fantasmagórico se extendió entre ellos ante lo que suponían era el preludio de la fragorosa y amenazante guerra. El aliento se entrecortaba y los pasos se hacían más temblorosos e inciertos a medida que se adentraban por aquel siniestro y tenebroso panorama. Fue cuando de pronto reino la sorpresa por parte de todos, y al ver que el adversario al que tanto temían se trataba simplemente de un solo muchacho, fueron a comunicárselo al gran coronel, que al enterarse, salió, apresurado desde su cobijo y viéndose respaldado por cuantos le rodeaban, llegó victorioso y lleno de gloria grito:¡por fin hemos ganado!.
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