Exactitud Intravenosa

No hay lugar para respirar en el universo, no hay placer más grande que sentirse vivo. Esperé demasiado tiempo para tenerte en mi poder y hoy somos puras lágrimas, no conectan, suspiran una corazonada eterna. Mejor no seas original, cuando el final llegue lo monótono será salvación. ¿Qué somos? Un dibujo rasgado por el arte eterno, un reloj de arena indestructible, combinaciones que se superponen entre estrellas malditas. No suspires, lo desconocido te atacará ni bien logre verte débil. Huí, es la única forma de resurgir.

    Hay pociones, ahí dónde la puesta de los soles tiene su cueva. Buscan, sin piedad a los ángeles de la noche, como nosotros, los ataúdes que anclan arrastrando consigo una gran ola de iluminación, con exactitudes increíblemente inexactas. ¡No seas tan gris, maldita monotonía! Imperfectos somos, para que brillen tus ojos de condesa. Pequeña oscuridad no salgas nunca de mi cuerpo, verte volar sería cumplirles el deseo. Malditos monólogos que logran hacerse rutina, amores contados por lo que desafía la imaginación de tu mente.

    No logres ver colores, solo te harán pensar. No escribas, no cantes y ni siquiera bailes al compás de mis palabras, ve hacia la libertad porque el amor que tengo en la palma de mi mano lo destruiré ni bien voltees, solo para hacerte sentir lo extraño que es habitar mi mundo. Mira a tu alrededor, ¿qué ves? lo mismo que ven mis ojos, paredes blancas y el mar sin fondo, en el cual siempre suena la misma melodía... ¿oyes? "Sálvalos, sálvalos, sálvalos..."