El mundo de los que no están.

Como todas las mañanas cuando voy al trabajo, mi mente viaja en otra dimensión y como dicen los choferes, manejo con el piloto automático, eso me da ventaja para pensar e imaginarme cosas que vienen a la mente, esa mente, lugar tan difícil de entender y que guarda tantos y tantos recuerdos, que si los relacionas entre si, existe un mundo grande y distinto de pensamientos aunque todavía imposible de acceder a los humanos normales.

El amanecer como todos los amaneceres por este tiempo de finales de Octubre y principios de Noviembre, son hermosos, la temperatura agradable, tirando a fría y un cielo azul sin nubes iluminado por un sol que viene creciendo con el transcurso de las horas. La luz y los contrastes espectaculares que se combinan y mas cuando paso cerca del mar tranquilo y lleno de tonalidades desde el verde claro hasta un azul cielo muy agradable a nuestros sentidos. Este momento como lo he pensado muchas veces, merece vivirlo las veces que se pueda, hay que dar gracias y agradecer poder presenciar este espectáculo, que no porque suceda todos los días, en muchas ocasiones ni siquiera lo tomamos en cuenta.

Todo, la luz, el rocío, la frialdad y la pureza del oxigeno que respiramos me hace sentir muy bien y fuera, muy fuera de todo lo otro negativo que nos sucede, también en muchas ocasiones día tras día.

Entraba por una calle estrecha de la Habana Vieja y de momento miré a un señor entrado en años que me estaba saludando, claro esta, respondí al saludo, su cara me era conocida pero en ese momento no supe realmente a quien estaba saludado. Estas cosas pasan muy rápido y nos cuesta trabajo reaccionar aunque comencé a pensar quien era la persona y me dirigí nuevamente a hablar con el.

-Amigo, perdone que le moleste, usted me saludó y ahora es que le reconozco, es realmente la persona que estoy pensando...

-Si soy yo, sabia que era difícil encontrarnos, las probabilidades tienden a cero, he provocado el encuentro te había observado y vi que transitabas por esta calle y decidí esperarte.

No podía creer lo que estaba diciendo el individuo, en mi fuero interno deseaba lo que estaba ocurriendo, pues eso daba una inmensa posibilidad a todos. Durante cientos de años soñamos con tener otra vida y en muchas creencias en la antigüedad les atribuían este fenómeno de reencarnación a ciertos animales.

-Mire amigo, le dije es mejor que me explique, no soy de hablar con gente desconocida y aunque lo que me estoy imaginando es muy reconfortante, no me gustan los malos manejos ni sentir que me toman el pelo...

-Todo en su momento me dijo el viejito, lo que te voy a contar no es nada nuevo, nadie lo ha podido probar y a lo largo del tiempo se va quedando en el olvido, algunos lo vuelven a sacar como tema de discusión pero siempre queda en el campo de la incertidumbre.

Lo primero es sacar una vieja teoría de física que dice mas o menos, la materia no se destruye solamente ocurre una transformación de esta, al menos en nuestro universo, aunque hay algunas partículas que se pierden en la fusión nuclear, pero eso no es mi objetivo ahora.

Después de este recordatorio te explico, que si estoy de nuevo en esta tierra y aunque a la mayoría de los humanos, la natura los priva de memoria anterior a su nacimiento, no se porque soy uno de los elegidos que he mantenido la memoria histórica, pienso que será para preservar la esperanza en los seres vivos que la vida que llevan solo es una transición de la materia y que queda mucho por recorrer y por volver a vivir, para que mantengan la calma y las buenas costumbres y sobre todo cuiden lo que es hoy la única casa, el planeta azul.

Soy tu familia, solo tú eres el premiado a conocer este enredo y a trasmitir, que si bien sabemos todo queda como ciencia ficción, hay quienes no pierden la esperanza de volver a vivir, a esas personas va dirigido el mensaje.

-Mire con cierta compasión al individuo, podía ser cierto todo aquello, en realidad lo deseaba, también quiero seguir en el mundo de los vivos al menos por segunda vez, este es mi relato, no se lo que pensaran, espero que como yo, no dejen de creer...