Eso no pasará - parte 1
Por Ana Stasia
Enviado el 14/11/2014, clasificado en Adultos / eróticos
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Ha llegado el día. Llevo tanto tiempo esperándolo que casi no me lo creo. Por fin un rato, no me importa lo largo o corto que sea, pero un momento contigo, sin estar pendiente de quien nos puede sorprender, sin la presión del tiempo que taladra y sin tener que ir apartando ropa que estorba pero de la que no te puedes desprender por si......
Ahora si, una cita formal, un hotel, una cama para utilizarla o no, pero que estará ahí. Sentiré tu piel rozando la mía sin un velo de algodón que se interponga entre tú y yo. Por fin.
Llego al hotel. Tu ya estas allí. Llamo a la puerta y mi corazón ya esta palpitando como si se le fuera a acabar la sangre para bombear. Te oigo acercarte a la puerta, paso firme. Abres la puerta y no me dejas ni saludar. Coges mi mano, tiras de mí y tapas mi boca con la tuya mientras me acercas fuerte a tu cuerpo. Cierras la puerta y empiezas a meter las manos bajo mi blusa. Ya estoy húmeda y aun no me has tocado. No se qué reacción desencadenas en mi, pero es algo imparable. Tiras hacia arriba de mi blusa, sacándola por la cabeza, yo voy desabrochando torpemente los botones de tu camisa. Nuestros pechos quedan desnudos y se rozan. Suspiro de alivio, por la sensación de haber conseguido algo que llevaba esperando tanto tiempo. Mis manos buscan tu cinturón y las tuyas el mío, cinturones fuera y en un momento los pantalones están también por el suelo, zapatos, calcetines....vuelan sin importar el destino.
La cama nos espera, sobre todo a mí. Ya has colocado unos suaves foulards en los barrotes de las esquinas de la cama. Me puedo imaginar para qué aunque contigo nunca se sabe. Me tumbas en la cama y atas mis manos y mis pies dejándome en forma de aspa. Ahora si que no tengo escapatoria. Pero no contento con eso, tapas mis ojos con otro pañuelo. Estoy indefensa. Eso es lo que te gusta. Te gusta gozar de mi cuerpo y hacerme gozar. Disfrutas con cada uno de mis suspiros, con cada uno de mis jadeos. Te oigo moverte por los lados de la cama, hasta que siento una mano algo fría sobre mi pecho. Mis pezones ya están tensos y duros, te estaban esperando. Tu boca se acerca a uno de ellos y lo muerde levemente. Se que te estas reprimiendo, no sueles ser tan pausado. Pero también se que quieres que dure, quieres saborear cada momento y eso me pone mas cachonda aun. Vas dando mordiscos a uno y otro pezón pero tus ganas no se pueden resistir mucho. De repente, tu boca muerde fuerte, sin hacer daño pero con firmeza y tu mano se va derecha, sin pararse a hacer ningún rodeo hasta mi coño, que la recibe encantado, calido y húmedo. Hacia rato que la esperaba. Empiezas a mover varios dedos arriba, abajo y adentro, muy adentro, como sabes que me gusta. Fuerte, firme, rápido mientra me comes la boca con pasión y me susurras al oído
- voy a hacerte mía, hasta que me supliques que pare.
Entre jadeos, yo te respondo.
- Eso no pasará. Nunca tengo suficiente de ti.
Y tus dedos se meten más a dentro en mi sexo, como si quisieran encontrar un tesoro oculto. Dos roces más y no aguantaré. El primer orgasmo viene a mí como si no hubiera tenido nunca uno de ellos, haciendo que me recorra un escalofrío desde mi clítoris hasta mi nuca.
Antes de que me de tiempo a recuperar el aliento, me giras la cara y me dices que te la mame. Ya la tengo al lado y la busco con deseo. Esta fuerte, firme, como sabes que me gusta chuparla. Empujas mi nuca hasta que mis labios tocan tu vello. Es así como lo quieres, hasta dentro y sin moverla. Te gusta sentir que mi lengua envuelve tu polla, pero no que la roza, solo estar ahí. Pero yo no me puedo resistir a jugar con mi lengua en tu glande y tú retiras mi cabeza rápidamente. No quieres acabar y sabes que si sigo, no hay vuelta atrás.
Tus dedos vuelven a mi coño, pero esta vez van buscando también mi culo. Te encanta meter tus dedos a la vez en mi coño y en mi culo, aunque tengas que usar ambas manos, pero haces que me arquee, que vaya buscando con mi cuerpo esos dedos que me ponen tan perra. Ven y haz conmigo lo que quieras, es lo único que puedo pensar, cuando siento que tu boca esta en mi coño, tu lengua mueve rápido mi clítoris y tus dedos están en mi vagina y en mi culo. Como resistirse a eso? No puedo, no puedo, y me dejo ir, lenta y caliente dejándote sentir las sacudidas de mi clítoris en tu lengua.
Ya me advertiste, no ibas a parar y no lo haces......tu estas preparado y yo estoy deseándolo. Con mi coño abierto como esta, con las piernas tensas por las ataduras, lo tienes fácil y tu polla entra directamente, sin piedad, hasta dentro en el mas amplio sentido de la palabra. La primera embestida fuerte y larga, después fuertes pero rápidas. Tus huevos golpean mi culo y mi corazón palpita al ritmo del sonido que producen. Me llenas, todas las terminaciones nerviosas de mi vagina reciben algún estimulo por lo que intuyo que ninguno de los dos vamos a poder mantener esta sensación tan agradable mucho tiempo. Pero tu sigues golpeando, una...dos....tres.....cada una de las embestidas es un poco mas rápida y mas profunda y a la de cuatro ya pierdo la cuenta, no puedo concentrarme, solo sentirte, dentro, fuerte. Y de repente paras, estas fuera, no....pienso mientras te llamo, te suplico que no me dejes así. Mi corazón palpita alocado al mismo tiempo que mi coño. Por que paras? No me contestas pero me puedo hacer una idea. No quieres que acabe. Sabes que estoy muy, muy excitada, ya me conoces, así que me regalas dos caricias en mi clítoris mientras que me susurras.
- Déjate ir para mi.
Y yo, obediente, me dejo ir y mi cuerpo se relaja como si de un bloque de hielo derritiéndose a pleno sol se tratara.
Esto es lo que ambos queríamos y llevábamos tanto tiempo esperando. Tiempo para dedicarnos al sexo sin ninguna distracción. Dos viciosos que solo quieren gozar una y otra vez.
Acabamos de empezar.....aun queda mucho tiempo por disfrutarnos
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