Todas las mañanas, ni bien abro los ojos y veo las paredes ya desprendidas de su color, manchadas, sucias, maltratados, siento que mi vida esta como esa pared resistente fuerte bien cimentada, pero por fuera muy sucia, desgastada y sin ningún mantenimiento, siempre me hago esa metáfora y la comparo con migo mismo, con mis actitudes, y lo que pienso.
Muchos me critican por mi forma de pensar, de actuar y de ver las cosas diferentes. mi madre que siempre me incito a la pulcritud evangelistica, de ser un verdadero cristiano, de amar a mi prójimo, de respetar las leyes de la biblia y doctrinas impuestas, en cambio mi padre, él sí de un vocabulario más desalmado, pero a la ves comprensivo conmigo y con los demás, para que¡ ellos me educaron bien, mi madre con sus valores, mi padre con su rectitud, pero qué tenía un gran defecto, era cobarde, quizás a veces me siento como él, pero recuerdo el entusiasmo de mi madre, y en un chasquido de dedos cambio de actitud.
Mi madre quiso que yo sea un gran médico, pero a mí no me atraía nada de lo que es la medicina, quizás la desilusione, no lo sé. Mi padre en cambio quería un hijo abogado, y no sé si lo desilusione también. Mi rumbo era más por lo literario, por la investigación, lo periodístico.
Pensé mucho, tal vez ellos se opusieran, a mi decisión, pero realmente nunca lo supe. Ellos fueron los causantes de esta decisión, siempre me mandaban a leer, libros de política, biografías de gobernantes de mi país, yo ni entendía por ese entonces, hasta ahora tengo grabado al gran che Guevara y a Adolf Hitler, a veces los sueño, o al radical subversivo Abimael Guzmán, en la cual me dejaban en total desasosiego. Muchas veces me sentía un guerrillero peleando por mi libertad.
Muchas veces mi madre me reclama el por qué le meto ideas a mi hermano menor, pero en realidad lo estoy formando, no quiero que crezca en una vida monótona, siento que este sistema te devora muy rápidamente.
Muchas veces me aparto de ellos, me encierro en mi mundo y nada más que en él. Obto por pensar, reflexionar y ver cómo voy, y que puedo hacer para cambiar alguna pieza. Muchas veces he pensado en rentarme un cuarto y pasarla hay, pero siento que aún me necesitan, no se quien, pero me necesitan.
A veces quiero que mi vida sea como una novela, pero no con un gran final si no con un continuara, o ser como el gran don quijote de la mancha, perder la realidad y pelear contra todas mis injusticias, pero que solamente lo hago en sueños, porque si lo hago conscientemente el sistema me desaparece.
Un día más, en la que seguiré viendo la luz del sol, tocar mi ventana, y decirme hoy es un buen día para vivir, lo de ayer fue ayer, o escuchar el cantar de los pajaritos posados en el arbolito de afuera, que muchas veces tienen diferentes melodías. Y los que me criticaron ayer, ya no están, no existen, los que me golpearon la espalda ya corrieron y escaparon, y si yo decido pueden regresar, solo está en mí.
No tengo un gran escudero como lo tuvo don quijote, pero tengo a mi conciencia, y a mi mente que está muy alerta, mis cinco sentidos, ahora tengo que pelear el día, vencerlo satisfactoriamente y ponerme encima de él y al culminar alzar las manos y decir lo logre.
Quizás ellos se desilusionaron de mí, pero yo no de ellos, no me alabaran, pero si me dan un buen recibimiento, tal vez el día se opaque, pero yo siempre tengo providencia para ese día.
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