El gran amante

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Habíamos tomado un tiempo para pensar y distanciarnos momentáneamente, y ver de qué parte dejábamos salir el fuego del amor, quizás una pequeña hendedura que teníamos que reparar, sentía que el amor que habíamos formado era mucho más fuerte que todo este mustio.

No íbamos a dejar al lastre nuestra unión de dos hermosos años, yo la amaba, soy sincero, como se dice: “fuertemente”, sin importar barreras, pero había veces que ha Daniela la veía que algo le disgustaba, se aburría, y por ratos disuadida. Pensaba pues yo que nuestra relación pasaba por esos momentos que toda pareja pasa. ¡No!.

Era yo nuevo en el amor, nunca había amado a una chica de tal manera, era un novato en el amor, pero que ella enseño muy apasionadamente, y eso me enamoraba más.

Transcurrió dos semanas en la que ella ni yo nos veíamos, yo solo le dejaba algunos mensajes en el celular; diciéndole que todo este mal aire iba a pasar, y luego íbamos a seguir respirando el aire puro.

La cuarta semana se aproximó muy rápidamente, ella llamo muy temprano como a eso de las seis de la mañana, yo estaba en un sueño profundo, pero de tanta insistencia y el chillar de mi celular, opte por contestar; ni siquiera vi quien era, solo atine a contestar y con los ojos aun cerrados conteste…

Halo… -dije-    ¡Rodrigo ¡…. –contesto- ella…

Escuche su voz después de varios meses… ¡sí! -dije balbuceando-

¡Soy Daniela! –Dijo- con una vos fría…

(Como estas amor), iba decírselo, pero solo dije su nombre…

Quiero conversar de un asunto muy importante contigo…. Puedes hoy en la tarde…

Ya no hay problema- dije-   te esperare hasta que terminen tus clases, ¡Sí! Aseguro ella…

Está bien…- dije- bobamente.

Pensé mucho aquel día, estaba inquieto y también nervioso, fume un cigarrillo esa tarde esperándola.

Había salido un poco temprano de clase, así que yo la esperaba a ella.

La vi llegar muy presurosamente, con unos anteojos solares muy oscuros, como queriendo esconder tras de sí algo muy preocupante.

Me vio sentado, se acercó, me saludo con un beso en la mejilla, que lo sentí ya muy frio y desconocido.

Tomo aire, y dijo; Rodrigo quiero serte muy sincera y trasparente y también directa, -entonces supuse lo peor-

Estoy saliendo con otro chico y creo que lo nuestro ya quedo hay….

Mi sangre dejo de circular por un momento y mi corazón tampoco ayudaba, así lo sentí. Mis mejillas enfriaron… mis manos empezaron a sudar, miraba de aquí halla como un tonto, que no savia que hacer.

Perdóname pero ya no puedo seguir engañando, iba a decírtelo mucho antes, pero tuve miedo, no podía enfrentarlo… perdóname… me decía algo agitada y con los ojos por llorar, al ver mi rostro asombrado y mi mirada desconcertada…

Tome fuerzas y logre decirle; entonces a la vez que estabas conmigo, también te revolcabas con el…

No me digas así-Rodrigo- dijo muy presurosa y agitada y queriendo llorar… pero su orgullo no lo dejaba…

No supe que hacer, no había pasado esta situación nunca, no sabía si llorar y reclamárselo o ir a decírselo a su madre; que tenía una hija muy puta… y se había burlado de mi…

Solo antes de irse confeso muy descaradamente que estaba esperando un bebe, y tenía un meses, y no savia si era mío o del gran amante.

   

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