Una hoja en blanco y un mundo por descubrir, he aquí un monólogo crudo para quienes intentan sobrevivir. ¿No es previsible el destino? Quizás porque hoy a mí me llegó el momento, para toda la eternidad. No me siento yo mismo, la noche me persigue, me atrapa y me anula el sentir, nunca más un ser humano, nunca más. Mi vida sombría sería una obra de arte si viviera desvelado, noches enteras volando hacia lo desconocido, encontrando paz en la plenitud de un enigma sesgado. ¿Por qué a mí? ¿Será acaso porque hoy todo lo veo a pesar de mi tamaño insignificante? Jamás viviré para contarlo.
Heme aquí, atravesando un centenar de lagunas sin poder emitir palabra. ¡Qué desperdicio! Hay magia en el aire y un gran universo por recorrer, ¿Por qué siempre la maldita noche es quien nos inhibe? Pues conmigo no podrá, le daré batalla y triunfaré. Por siempre despierto estaré, convertido en una décima parte de lo que supe ser y cuidaré por siempre de la eternidad del sol.
Que vida solitaria me han obligado a practicar, piensan que uno se acostumbra y deciden por él, aquí en mi alma ni siquiera me puedo ver. Es el final del recorrido y aquí les dejo una frase. "Nunca dejen que la noche los domine, es el principio del fin"
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