Voy a poneros en situación no he sido muy buena, me gusta controlar las cosas, y cuando tengo el control absoluto pierdo el interés. Yo estaba saliendo con un chico mayor que yo, fue un comienzo algo extraño que ya os contaré en otro momento, el hecho es que quise cambiar, experimentar cosas nuevas y lo dejamos, me mude, pero tras haber pasado página le echaba de menos y ahí está mi parte más sensible, que hasta él no solía manifestarse mucho
Poco antes de volver a mi ciudad en navidad para ver a mi familia, estratégicamente había conseguido que volviera, por lo menos, a hablar conmigo, a contestarme, aunque aparentemente no mostrara ningún interés en mi o en volver a tomar contacto conmigo.
Es complicado, en aquel momento no tenía la certeza de lo que pasaría de como actuaría, pero le había hecho prometer que me vería, que quedaría conmigo, y confiaba en que lo cumpliría porque sigue siendo mi mejor amigo aunque mi forma de actuar hubiera dejado un poco que desear.
Él no sabía cuando iba a volver, no se lo había dicho, tampoco me lo había preguntado.
Llegue para aquel evento, en el que sabía que él iba a estar, también estaría mi madre y nuestros amigos, no tendría escapatoria Aun así mostró bastante indiferencia, me saludó formalmente y no me volvió a dirigir la palabra en todo el evento.
Esa misma noche también era la primera que veía a mis amigas tras varios meses fuera. Yo estaba un poco desilusionada, la última vez que había estado allí estábamos juntos, él estaba detrás de mí y me prestaba toda su atención pero esta vez era diferente.
Mis amigas me notaron extraña, me sonsacaron y me obligaron a escribirle, cuál fue mi sorpresa que esa misma noche más tarde accedió a quedar conmigo.
Nuestra primera segunda cita fue muy rara, hablábamos como si nada hubiera pasado él no le daba ninguna importancia a los meses que habíamos pasado separados después de haberlo sido todo, para él eso no era una cita, tan solo una quedada con una vieja amiga, o eso quería hacerme creer.
A la hora de estar juntos llego un amigo de él, por lo visto su nuevo compañero de fiesta, otra sorpresa para mi pues cuando estábamos juntos no solía salir, en ese momento me di cuenta de que yo sobraba, había quedado aquel chico para salir esa noche, y conmigo solo para cumplir tu promesa.
A estas alturas yo llevaba dos días sin dormir, el anterior al viaje que supongo que salí para despedirme de esa vida que había adoptado fuera y el día del viaje por que 5 en un coche pequeño es imposible.
El día siguiente no recuerdo si fui yo la que le dijo de vernos o fue él. Quería hablar de lo que había pasado quería volver con él y quería que lo supiera, que me dijera que opinaba al respecto, que me contara como había pasado el tiempo sin mí.
Nos encontramos en una cafetería a la que solíamos ir cuando estábamos juntos, nos sentamos, pedimos, todo iba bien hasta que sacamos todos los temas sin resolver Discutimos, me di cuenta de que me odiaba, odiaba lo que había hecho, que me hubiera ido, que lo hubiéramos dejado para que yo hiciera mi vida, me odiaba, pero a la vez me quería. Me eche a llorar.
Él se prometió no volver conmigo, intento convencerse de que ya no me quería y que aunque me volviera a ver eso no cambiaría por que me odiaba, pero no logro convencerse de que ya no me quería, el recordaba nuestra promesa porque antes que otra cosa siempre fuimos amigos, y aun que como pareja me odiaba como amiga me quería.
Aproveche su confusión, me acerque y le bese, me agarro del pelo por la nuca y me alejo de él, pero no me soltó, me dijo esto era lo que no quería que volviera a pasar, no quiero que me vuelvas a hacer daño yo seguía llorando, soy consciente de que hice daño a la persona que más quería.
Aun no me había soltado me miraba a los ojos, y me volvió a acercar a él, nos besamos de una manera que jamás olvidaré, lo recuerdo como el beso más largo de mi vida, aun me estremezco, no quería que se acabara, no quería soltarle, no quería perderle.
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