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Camino por debajo de la lluvia, temblando de frio;
no llevaba paraguas; pero no se detenia.
Llego a su destino, con el corazon en la mano se armo de valor
y toco la puerta.
Salio un joven de mirada indiferente, la miro como sino existiera.
Ella le dijo: Me das un abrazo (con los brazos extendidos)
El le dijo: Realmente no lo mereces... y cerro la puerta.
Ella se quedo parada... esperando su abrazo (con los brazos extendidos)
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