Realidad o sueño...
Por Lady Chatterley
Enviado el 01/12/2014, clasificado en Adultos / eróticos
7893 visitas
Si bien tendremos muchas cosas en común, nuestras ideas vuelan alto acompañadas de ráfagas de sueños. No culpo la inocencia de la fe y creencia hacia un mundo mágico, solo que cuesta introducirnos en los sueños cuando se vive en una cruel realidad. Son dos dimensiones paralelas divididas y difurcadas por un frágil limite, una línea imaginaria tentadora a la hora de arriesgarse a ver que hay más allá de lo conocido. pero, ¿ que es el sueño sin la realidad? y ¿ que es la realidad sin el sueño?, se complementan pero nunca podemos llegar a encontrarnos enteramente o ser parte de una sola.
Es por ello que yo tampoco puedo amarte u odiarte enteramente con todo mi ser; sin embargo, los caminos que tomamos, las ideas y vueltas de la vida nos harán volver a reencontrarnos, no así no como ahora sino diferentes con muchas cosas distintas. La mente cambia, se desarrolla así como mi amor a ti cambio y se desarrollo no somos ni nunca fuimos ni tampoco seremos como hoy. Pero mi presente, mi futuro y los recuerdos de un pasado anonadado, solo me permiten expresar lo que siento, lo que verdaderamente llevo en mi interior.
Angustia, dolor, fragilidad recubierto de una muralla de felicidad, frialdad y seguridad hipócrita ante los ojos juiciosos que persiguen tu sombra y respirar. Me he despertado y he observado como mi dignidad estalla en pedazos, pedazos que posteriormente debo recoger con mis manos. Cansada y abrumada ya ni puedo seguir, mis fuerzas se acaban, mis pasos cesan, mi respirar flaquea... creo que voy a morir, si, así sintiendo que mi amor quedo en la nada, que mi odio jamás existió, dejando atrás un mundo real para transportarme en el de los sueños, la sensación es exquisita, cálida, puedo entrar y salir, mis ojos están en blanco, mi voz congoja y mis latidos son fuertes y punzantes. Traspiro y gimo con fuerza, estoy dentro. Nada es igual a partir de ahora, lo vi, lo sentí, estoy ahí por minutos.
Dulce goce de un orgasmo avasallante, electrizante que me eriza todo vello que se pose en mi piel y me gustaría repetir.
Volver al sueño, dejar la realidad, detener el tiempo, escapar de la muerte y volver a caminar recuperar mi andar, mis fuerzas, mi energía. Estoy viva, completamente viva, abro los ojos y su reflejo me encapsula nuevamente en el recuerdo de una noche apasionante y lujuriosa, donde nuestros cuerpos ardientes se encendían cada vez mas con cada roce, lamida y beso; mi vientre era el infierno en vida, mi paraíso cada vez que su miembro me desvirgaba una y otra vez, agonizaba de placer y juntos aullábamos en un solo grito donde los gemidos eran la acústica de un odioso coito cometido con mi ex.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales