Carlos se abalanzó sobre mi novia semidesnuda...(1)
Por Colombiano
Enviado el 11/01/2013, clasificado en Adultos / eróticos
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Por motivos de trabajo me correspondió viajar al amazonas con un compañero de trabajo el cual se llama Carlos volábamos sobre la selva y justo antes de nuestro arribo a la Cuidad de Leticia, la belleza exótica y exuberancia del lugar prometían demasiado e invitaban a conocer situaciones insospechadas.
Miércoles en la mañana, estábamos en Leticia y después de realizar nuestra programación de trabajo que se suponía se extendería hasta el viernes, procedidos a realizar la labor programada para el día. Después de esto, al final de la tarde y en compañía de uno de los habitantes y guía turístico de la Cuidad procedimos a aprovechar nuestra estadía en el sitio haciendo un recorrido por el exótico lugar y conocer un poco más sobre la cultura e idiosincrasia de sus pobladores.
Una vez adentrados un poco en la selva, pudimos ver que los pobladores de la parte selvática del amazonas son realmente tribus nativas aun vírgenes cuyas costumbres han logrado permanecer intactas y de las cuales quisiera hacer le un breve relato
Aunque los nativos que se encuentran concentrados en zonas cercanas al rio amazonas son muy tranquilos, dicen los indígenas que actualmente todavía hay tribus nómadas y hostiles entre sí que vagan por la selva y cuyo modo de vida debe ser protegido de las alteraciones a que están expuestas como consecuencia de la progresiva conquista de la selva amazónica.Les caracteriza una economía de subsistencia dedicada a la recolección de plantas y a la caza con cerbatanas. Obtienen el curare (veneno) de sus dardos de la corteza de bejuco. Todavía encienden el fuego frotando dos palos, como algunos pigmeos y aborígenes australianos. Sus ropas consisten en un pequeño taparrabos, y los hombres se ciñen el prepucio a la cintura con el kume, una cuerda de chambira.
Los nativos tienen en común un pasado mitológico, en el que según cuentan los primitivos jefes de las tribus siguen adorando al Sol y la Luna como sus Dioses; estos Diosesles enseñaron a fabricar el largo arco de madera que todavía emplean para cazar y pescar, sus cuerpos son adornados por caracoles terrestres tallados artísticamente formando cinturones y collares. Según dicen las historias por ellos reveladas, se comunican con los dioses por medio de flautas sagradas y continúan practicando relaciones sexuales de poligamia
Las viviendas suelen ser de planta circular u ovalada y están formadas por un armazón de postes techado con hojas de palma y algunas de ellas están construidas sobre los arboles gigantes propios de la selva amazónica.
Existen tanto jefes masculinos como femeninos. Como signo de distinción, los jefes tienen generalmente la costumbre de hacerse tatuajes trazando pequeñas líneas azules sobre distintas partes del cuerpo, especialmente en la cintura, hombros, brazos y muslos, además se adornan con plumas de tucán en sus lóbulos perforados, así como con cinturones de conchas y collares.
A menudo el jefe tribal suele ser también el chamán, que es el encargado de curar a los habitantes del poblado. Son muy respetados ya que se considera que muy pocos hombres pueden convencer a los espíritus para que restauren la salud de un enfermo. Para ello, tiene que penetrar en el mundo de los espíritus y lo hacen en estado de trance inducido por el tabaco y un narcótico llamado banisteriopsis más conocido como yagé.
Adicionalmente acostumbran realizar rituales como agradecimiento y ofrecimiento a sus Dioses de acontecimientos importantes para ellos, realizando danzas tribales alrededor del fuego en las queen las cuales sostienen imágenes de animales tallados en madera todo esto inducidos bajo el efecto del Yagé.
A decir verdad, para conocer y descubrir todo lo uno quisiera sobre las costumbres y belleza escondidos en este lugar, se necesita muchísimo más que tres días; pero lo poco que había conocido hasta ese momento me había apasionado y me hizo recordar planes que teníamos con mi novia Isabel y que no habíamos podido materializar por cuestiones de tiempo, distancia y horarios. Es por eso que decidimos con mi compañero Carlos prolongar nuestra estadía unos días más, e invitar a nuestras parejas para disfrutar con ellas las maravillas del sitio.
Así lo hicimos, ellas llegaron el viernes en la mañana, Carlos y yo habíamos terminado las actividades laborales programadas y teníamos todo el tiempo disponible para explorar al máximo la naturaleza.
Ese primer día contratamos una lancha que nos llevó a recorrer el majestuoso rio amazonas inmenso, tranquilo y caudaloso, desde el cual pudimos observar la biodiversidad de flora y fauna de la cual es rica la región y de los cuales me llamo mucho la atención el hermoso paisaje con sus coloridos atardeceres, las casas flotantes construidas sobre el lecho del rio, el delfín rosado, los bejucos colgantes de los árboles y la planta victoria regia que básicamente son hojas gigantes acuáticas que pueden soportar el peso de una persona flotando en el agua sin dejar atrás las colonias de tribus indígenas asentadas grupalmente en diferentes lugares de la selva a lo largo del rio amazonas.
El plan era después del recorrido, al final de la tarde, llegar a uno de los asentamientos indígenas Carlos y yo con nuestras parejas y permanecer ahí desde el viernes en la noche hasta el domingo en la mañana participando integralmente en las actividades propias de su cultura realizadas por la tribu.
Lógicamente, ya teníamos todo arreglado y este tipo de planes se ofrecen como paquetes turísticos a las personas interesadas en ellos sobre todo extranjeros Europeos que disfrutan mucho de la belleza exótica que ofrece nuestro país. La única diferencia era que en nuestro caso Isabel y yo habíamos decido materializar de manera simbólica algo que teníamos planeado desde tiempo atrás.
Nosotros queríamos casarnos, pero como lo dije anteriormente, por motivos de tiempo, distancia y horarios no lo habíamos realizado, entonces nos pareció que estando ahí podríamos hacerlo de manera simbólica, sometiéndonos a las creencias y rituales que las tribus amazónicas practican, pero sin alejarnos de algunas costumbres conservadas en los matrimonios por la iglesia católica como es el vestido blanco de novia que lleva puesto la mujer el día que va al altar.
Esa noche llegamos los cuatro al asentamiento indígena, ellos nos estaban esperando en el muelle con un delicioso coctel y comida de mariscos, servidos sobre una improvisada y rustica mesa de madera adornada con velas que acompañadas por la luna mantenían la tenue luz en la oscura noche a orillas del rio amazonas. Hacia demasiado calor y eso sumado a la humedad característica de la región selvática, a la buena compañía en la que nos encontrábamos cada uno de nosotros y a la afrodisiaca comida que estábamos degustando contribuían a que la temperatura aumentara en el ambiente.(continua)
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