Carlos se abalanzó sobre mi novia semidesnuda...(2)
Por Colombiano
Enviado el 11/01/2013, clasificado en Adultos / eróticos
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Era una experiencia demasiado excitante .el sitio, la compañía y la insertibrumbre de todo lo que vendría para nosotros acompañados de los habitantes de ese recóndito lugar. La cena transcurrió entre cuentos, chistes, abrazos y risas mientras compartíamos una botella de licor y hacíamos especulaciones de la situación.
Pasaron las horas y nos fuimos a acomodar en nuestro dormitorio un poco mareados por la bebida para sorpresa nuestra se trataba de una choza para cada pareja ubicadas en la parte alta de un robusto árbol había que subir por unas escaleras de laso grueso el techo era en paja, no tenían puerta y a cambio de esta había una especie de cortina rustica fabricada artesanalmente la chocita era iluminada naturalmente porque tenía una abertura grande a manera de ventana abierta por donde entra la luz producida por la luna y por una hoguera que hay en la noche en el centro asentamiento. Al principio pensamos que sería incomodo dormir ahí, pero realmente era un lugar muy cálido, tranquilo y cómodo para descansar y meditar, a pesar de su trivialidad y sencillez estábamos bastante cansados y mareados por la velada y alcanzamos el sueño casi ipso facto.
Amaneció el sol alumbraba mi cara y cuando abrí mis ojos, una vez más me sorprendió gratamente su compañía su cabeza sobre mi pecho su piel sobre mi piel y con la entrada de la luz del sol a nuestro regazo comenzó el esperado día para ella y para mí.
Era un día diferente a todos los demás, soleado, colorido el ruido de los animales, del agua y del viento sobre las hojas conformaban la música de la naturaleza. Desayunamos los cuatro con el jefe de la tribu y con su mujer era un desayuno especial con pescado y antecedido por oraciones a la madre naturaleza donde agradecían la abundancia y pedían perdón por los daños causados en ella. Después del desayuno Carlos y yo debíamos acompañar a los hombres de la tribu a pescar y cazar para regresar al asentamiento antes del mediodía con alimento para sus familias y posteriormente iniciar la preparación del ritual del matrimonio. Por su parte la novia de Carlos llamada Laura y las mujeres de la tribu se retiraban con mi novia porque según sus creencias ( ) el no novio no puede verla hasta el momento de la boda ( ) y de igual forma la preparaban para el acontecimiento.
El día transcurrió y al final de la tarde Carlos y yo estábamos un poco inquietos porque no sabíamos nada de ellas desde la mañana, se veía mucho movimiento en el asentamiento por el acontecimiento que sucedería el jefe de la tribu nos decía que a la novia antes del matrimonio le practicaban un ritual en donde las hembras de la tribu la bañaban con agua sagrada del rio y le alejan los malos espíritus con extracto de plantas producidas por la madre naturaleza. Posteriormente le colocarían el atuendo que luciría para la boda que en nuestro caso sería el vestido de bodas que mi novia lleva para el ritual.
Llego la noche el altar fue improvisado con los recursos que podíamos encontrar, el Chaman empezó el ritual arrodillado inclinándose frente al fuego con sus brazos abiertos invocando en lengua para nosotros desconocida a los Dioses, se escuchaban ruegos dirigidos al cielo por parte de las ancianas, nos sentaron frente a frente en el suelo, el Chaman nos rodeaba y nos rezaba con unas plantas después de un rato nos colocaron unos collares en el cuello a Isabel y a mí y el Chaman nos dijo:
( ) Los declaro, marido y mujer ( ) y con una benévola sonrisa en la boca, el chamán se dirigió a mí: ( ) Puedes besar a la novia ( ) El asentamiento se llenó de un rumor de voces y risas. El ritual había terminado y todo había sido precioso. Digno de un cuento de hadas. Mi novia estaba radiante. Su vestido blanco llenaba cualquier lugar por el que pasaba. Su maravilloso cabello negro y lacio, recogido en un gracioso moño y coronado con un pequeño adorno de flores blancas hacía juego con el resto de su vestuario. La falda, a pesar de llegar hasta los pies e ir barriendo allá por donde pasaba, dejaba entrever al caminar sus tobillos, cubiertos por unas medias blancas, y rematados con unos incómodos pero hermosos zapatos blancos de tacón. Tanta belleza de su vestuario contrastaba exageradamente con la rudeza y agresividad del improvisado altar ubicado al aire libre en la majestuosidad del amazonas. Mientras nos besábamos, los padrinos Carlos y Laura aplaudían haciendo demasiado ruido, al igual que gran parte de los nativos. Laura, llevaba un ceñido traje rojo que insinuaba parte de su exuberante cuerpo, creo que los hombres de ahí realmente la miraban con deseo, como cuando alguien observa una estrella inalcanzable, llenando de envidia a las mujeres allí presentes.
Empezaba el festejo .gran algarabía de toda la gente, hogueras, bailes extravagantes, adoraciones a sus dioses en lenguaje que no entendíamos; todos empezaron a bailar alrededor de la hoguera al compás de la música producida por tambores, flautas y aplausos. Llegaron las felicitaciones las bromas entre ellos mientras bailaban, lo cual, haciendo una similitud con nuestras costumbres civilizadas más parecía el pogo de un baile roquero, no hubo fotos porque para ellos es un irrespeto al ritual ofrecido para los Dioses
El tiempo transcurría y la celebración continuaba con mucha fuerza, mucho ruido, mucho fuego, dejándose llevar por los efectos del yagé el cual les da la fuerza necesaria para encarar la celebración a manera de ofrecimiento al Sol Dios del fuego, la fuerza, la pasión y la lujuria. Carlos, Laura, Isabel y yo por nuestra parte nos encontrábamos asombrados y al mismo tiempo disfrutábamos mucho de la particular celebración haciendo parte de la danza tribal alrededor de la hoguera. Entonces fue cuando el Chaman nos invitó a hacer nuestro ofrecimiento al Sol, pasándonos una tasa de yagé a cada uno para penetrar en el mundo inconsciente de los espíritus. (c0ntinua)
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