Bella dama

Antonio era un caballero, capitán del ejército… hombre taciturno que gustaba de la buena vida, la buena comida y mejor diversión. Hijo de nobles al que todo llegaba de una u otra  manera.

Un día, caminando por la plaza del un pequeño pueblo la vió... Ella era de una piel tan blanca, bajita, cabellos dorados como el sol, ojos azules como el cielo, labios rojos sangre… una belleza cara de ángel. Fue tal la impresión al verla que algo en el bajo de su vientre comenzó a crecer… ansias febriles lo invadieron, dejó de lado todo, solo una cosa se apoderó de él: poseerla a como diera lugar.

Ella llevaba de compañía a una vieja mujer y a pesar de ello y sin pensarlo dos veces decidió acercarse y entablar plática. Ordenó a un subalterno entretener a la mujer que la acompañaba y la invitó a comer en la taberna. Ella alagada por las atenciones del buen mozo aceptó. Un aire de autosuficiencia crecía en la cara de él al observarla y pensar en cómo hacerla suya.

Durante varios días seguidos Antonio se topaba sin querer con la bella Arami… cualquier excusa valía para verla, para platicar con ella… algunos de sus soldados comenzaron a murmurar de lo que su capitán hacía, y uno que otro se atrevió a cuestionar sus acciones… algunos incluso llenos de curiosidad investigaron un poco sobre ella, y aunque nadie en el pueblo decía gran cosa, al escuchar sobre ella acertaban solamente a asustarse y callar.

Un día, Antonio se animó a invitar a Arami al lago cerca del pueblo, ella encantada por la invitación aceptó. Él ya había ideado cómo deshacerse de la mujer que siempre acompañaba a su bella dama, pero por lo visto ella también ya lo había pensado, pues llegó al lugar de la cita completamente sola.

Nada que hubiera hecho antes le preparó para el momento de encontrarse con aquella mujer, fue tal el deseo que lo invadió al verla, que todo su cuerpo se encendió inmediatamente… tomó por sorpresa su boca, besándola tiernamente primero y después con fiereza, ella sólo acertó a entregarse en cuerpo y alma a sus besos. Sus  manos comenzaron a vagar por el pecho de él y con algo de torpeza comenzó a desnudarlo, y el a ella… la tumbó en el pasto bajo un árbol y ahí entre las flores la poseyó. Con su boca apagó un grito de placer de ella y en el momento justo de vaciarse en su vientre pudo ver como el rostro de su bella dama se transfiguraba en uno mortecino… sintió como ella le encajaba lentamente una daga en el pecho y su sonrisa infantil se transformó en una mueca horrorosamente cruel.

Nadie supo nunca nada más de él, sólo hablan de una vieja bruja que se hace pasar por una hermosa mujer en busca de hombres para llenarse de su semen y su sangre y la hagan rejuvenecer.

Malu Ramírez