Titiriteros.
En un hotel de lujo situado en la vieja Europa, un grupo de ancestrales demonios se reunieron para
darle la bienvenida a los nuevos caídos, ángeles caidos de hace tan solo cientos de años,que por su
corta experiencia necesitaban los consejos de aquellos titiriteros que por miles de años habían azotado
el mundo con sus diabólicas formas de seducir al hombre. Los viejos demonios en tiempos pasados habían sido
presidentes, reyes, grandes sacerdotes, y através del tiempo habían influído tanto en la humanidad que ya
era imposible la sociedad como la conocemos sin ellos.
Un joven demonio se topó en el pasillo del hotel con uno de ellos, los cuales para poder diferenciarse en
las reuniones de los nobatos se vestían completamente de blanco, mientras que los recién caidos de negros.
Lo detuvo por un instante para pedirle un consejo, el joven demonio pertenecía a la reciente América y el
otro al continente de antaño, inclinando la cabeza como forma de reverencia le dijo
-Es un honor volver a verlo, esta vez tan lejos del cielo-, el viejo demonio sonrió, sabía que no era tan
solo para saludarlo que él lo había detenido, -¿Qué quieres saber?, hijo perdido de Dios- le preguntó,
-Bueno, lo que sucede es que me designaron a una área difícil donde no es tan fácil corromper al hombre-
muy nervioso le dijo, el demonio de alto rango era de pocas palabras y de mucha experiencia, en seco
le pregunto -¿y dónde es eso?- el nobato le conestó -America Latina-, el viejo demonio se echó a reir a
carcajadas sin temor a que lo escucharan en las otras habitaciones, luego que se detuvo le vociferó
-No importa donde estés, no importa con quién te encuentres, todos los hombres son iguales, tan solo
dales algo que nunca hayan visto, algo de lo cual nunca hayan escuchado, y recuerda, que uno de los más
grandes demonios del mundo se encuentra en América, gobernando a Estados Unidos-
Se marchó al cuarto de conferencias del hotel donde lo esperaban cientos de caidos, que hacía
poco que habitaban la tierra, para instruirlos en el arte de la seducción. Más tarde al mismo demonio
se le asignó ir a una reunión que coincidencialmente el orador era el mismo demonio al cual él le había
pedido el consejo. Se centó detrás de la multitud, él no tenía ni idea de quién iva a hablar, solo tenia
en mente acatar cualquier consejo, y con esto cumplir su sueño de ser un gran demonio en la tierra. De
repente fijó su mirada a un gran letrero que colgaba de las paredes ¨Benedicto XVI¨ decía.
El viejo demonio subió a la gran tarima que le tenian preparada para dar su majistral discurso, todos
esperaban una majuestuosa y compleja oratoria de aquél gran sacerdote. Tomó el microfono
y dijo: -Cuando me echaron del cielo y caí a la tierra, la primera tarea que me asignaron fue ir detrás de
un franco tirador el cual llevaba meses vacilando la muerte de una niña de 8 años, cada vez que la tenia en
la mira y trataba de halar el gatillo empezaba a sudar y acordarse de su hija que tenía la misma edad que
ella, me llevó horas tratando inutilmente de convercerlo, entonces comprendi el valor de la palabra, que es
nuestra mejor arma, me acerqué a su oido mientras que él le apuntaba a la niña y le susurré: nunca ha sido tan
preciso el momento como ahora, hazlo. Contemplé como la bala traspasó el osito de peluche de la niña y luego como
le reventó el pecho- el demonio por un segundo se quedó observando el mar de almas perdidas, y después se bajó
de la tarima y se marchó rumbo a América, donde se reuniría con su hermano quien era presidente.
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