Me siento a la deriva cuando no estás conmigo
Sin anclas que sujeten esta nave perdida.
Como un náufrago triste que no tiene un amigo
Que le oriente y le cure de una mortal herida.
Me cubren las tinieblas de esta espesa neblina
Que impide que te siga por el largo sendero
Me quedo rezagado tras la extensa cortina
Y sé que si me faltas, sin dudarlo me muero.
Escucho mis latidos para saber si es cierto
Que la vida he perdido por no tenerte cerca.
Pero sé que estoy vivo, aunque todo es incierto.
Y no sé lo que viene, pero sé que se acerca.
Yo no sé lo que haría, si algún día no llegaras
A pasar una tarde de consuelo, a mi lado.
Sería como una flecha, que directo lanzaras
A mi pecho, que todo, te lo da enamorado.
Pero sé que me quieres. Me lo han dicho tus ojos
Que se llenan de un brillo misterioso y profundo.
Cada vez que me quieres ocultar tus sonrojos
Y me dejas tendido, como estoy: Moribundo.
Una tarde contigo que prolongue mi vida
Sería mi última frase. Lo diría sin dudar.
Y si acaso me ayudas a encontrar la salida
No estaré a la deriva, ni en el fondo del mar.
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