...Abrió los ojos. Todo se veía tan borroso... se sentía extremadamente confusa y fatigada. Amarrada semidesnuda sobre una frígida mesa de metal, su cuerpo yacía inmóvil, completamente paralizado . El sonido de un espeluznante grito hizo eco en sus aún adormecidos oídos. Había más personas como ella en ese habitáculo. Su visión seguía borrosa y aunque se esforzó por intentar distinguir algo que le hiciera comprender donde se encontraba, no pudo apreciar más que siluetas sin rostro. De nuevo un estremecedor grito volvió a retumbar en aquella sala, cada vez se sentían más cercanos. Intentó pronunciar palabra pero no logró más que balbucir y gargajear. Las siluetas se aproximaban a ella, el pánico comenzó a recorrer cada centímetro de su debilitado organismo. Rodearon la mesa donde se encontraba. Levantó la cabeza y forzó sus entumecidos ojos haciendo un ultimo intento por reconocer a sus captores. Un escalofrió dantesco recorrió todo su cuerpo al percatarse de que sus rostros no eran humanos. Aún sin fuerzas, el agónico grito de desesperación e incomprensión retumbó en toda la sala, su rostro palideció de manera que podían apreciarse las venas de su interior con solo mirarla y sus enrojecidos ojos comenzaron a derramar lagrimas de sangre...
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales