Ironman en el diván

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- ... Esto... ¿Por dónde empiezo?... Me llamo Tony Stark, mas conocido popularmente como Iron

man, y estoy aquí porque... soy un mierda. No sé si los otros superhéroes que trata también

son unos mierdas (aunque seguramente, si son de DC, es muy probable) pero yo si lo soy, se

lo aseguro. Soy el personaje más débil de todo el universo de los cómics. Hasta las mujeres

son más fuertes que yo. Soy guapo, soy rico, pero me siento un fraude. Fabrico armas, armas

que supuestamente son para defender a mi país de los malos; el problema es que no siempre

tengo claro quienes son realmente los malos, pero si sé una cosa: las armas solo se hacen para

matar. Bueno, estoy aquí porque el otro día estuve leyendo el libro ese de autoayuda de "El caba-

llero de la armadura oxidada",no sé si lo conocerá. Fue leerlo y sentirme totalmente identificado

con el protagonista. ¿Que clase de persona con una autoestima digna y centrado emocionalmen-

te se pondría una armadura para combatir el crimen?, nadie. Pero como yo ni tengo una autoesti-

ma digna ni estoy centrado emocionalmente, pues me la encasqueto. ¿Sabía que en un tiempo

pasado tuve mis mas y mis menos con la bebida?... Ahora lo pienso fríamente y me doy miedo a

mi mismo: un superhéroe con problemas con la bebida... Esto nunca se lo he confesado a nadie,

doctor, pero una vez, en una misión de rescate, me cargué a la gente inocente que tendría que ha-

ber salvado... Por las noches cuando cierro los ojos veo a todas esas personas, niños incluidos,

ardiendo en ese 747 que intenté aterrizar en el aeropuerto y estrellé contra la torre de control. Yo

iba dentro de mi armadura de Iron man y Jack Daniels iba dentro de mí. ¿De qué sirve ir tan prote-

gido por la vida encerrándote en una armadura si el verdadero peligro y la bomba de relojería la lle-

vas tú mismo en tu interior? Por suerte, el gobierno y los editores de cómic siempre me cubren las

espaldas cuando la cago de esa manera; para mantener mi imagen de mega héroe de pacotilla...,

pero eso no significa necesariamente que yo este bien conmigo mismo. Sigo bebiendo como un

cabrón. Es lo único que me consuela. Aparentemente tengo muchos amigos y tal, pero solo están

conmigo por el armamento que construyó, para que les presente a chicas a los otros vengadores;

Hulk es que con las chicas no nada ¿sabe, doctor? Siempre nos lo llevamos de putas y no se le

empina ni siquiera con la viagra esa tan supuestamente milagrosa. No sé que le ocurre, pe-

ro es ponerse delante de una mujer espatarrada, vérselo y se le pone flacucha. Entonces las mu-

jeres siempre se ríen de él, y es por eso por lo que se convierte en Hulk, pura frustración sexual.

Y luego está el soplapollas del Capitán América. ¿Sabía que en realidad cráneo rojo es el herma-

no del Capitán América y que toda esa puta guerra entre ellos dos en realidad viene a cuento por-

que no se soportan? El Capitán América buscó una excusa para que le diéramos por culo a los

alemanes y se hizo pasar por estadounidense, con lo que después de que le inyectaran la mier-

da esa amenazó a Estados Unidos con que sino íbamos en contra de cráneo rojo y Alemania, se

iría con los rusos o amarillos para jodernos a ambos. Ahí tiene la autentica razón de ser de todas

las guerras desde la de Troya, por la putilla de Helena, hasta la de la que sea. Todas siempre han

sido por cuestiones personales; por cuestiones personales que mataron a mucha gente ignoran-

te que pensaba que luchaba por su país y toda esa basura... Pero bueno, no he venido a hablar

de mis compañeros, he venido a hablar de mí. De lo indefenso que me siento sin mi armadura en

el día a día. Por suerte, al ser millonario no tengo ni siquiera que ir a la oficina a lidiar con los asun-

tos del negocio, lo que hace que me alinee más en mi introversión. A veces me comparo con

todos esos tíos súper musculosos y entiendo porque la gente se obsesiona tanto con lo de poner-

se tan fuertes: es para intentar superar algún complejo de inferioridad, sino ¿por qué? Siempre se

alega en esos casos que a uno le gusta cuidarse pero cuando ya uno se asemeja mas a un rope-

ro abierto que a una persona sana, la cosa es preocupantemente crónica. Si no lo sabe, le diré

que tengo problemas de corazón...; por eso nunca me enamoro de ninguna mujer. Voy de fiesta en

fiesta liándome con unas y otras sin llegar nunca a mantener una relación de más de quince minu-

tos, que es lo que tardo en follármelas. Desde hace ya mucho tiempo estoy deseando tener hijos y

formar una familia estable, pero... no sé qué hacer ¿Usted qué me recomienda, doctor?

 

- ... Eeeeh, perdone, señor, pero esto no es la consulta de un psicoanalista sino un bar y vamos a

cerrar de aquí a na´. ¿Quiere que llame a alguien para que venga a por usted?


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