Cuando esto llegue a sus manos será tarde para decirles que no lo abran. No es mi culpa que no encontrase el modo de advertirles ¿Puedo tutearles? Gracias. De todas formas no tenemos mucho tiempo. En algún lugar de esta sórdida cámara hay un ser que está esperando vuestra llegada. Es algo repugnante, aún no lo he visto, pero sí mis desgraciados compañeros. Los ha devorado a todos. Solo uno consiguió escapar. Llegó agonizante hasta la nave. Esa cosa le había mutilado de forma horrible. Antes de morir me contó lo que sucedía en esta extraña edificación situada en un asteroide que jamás debiera ser pisado por ninguna cosa viviente, excepto por aquel que lo habita impúdicamente.
Lo que sucede es que este habitáculo es de su propiedad. No tolera intromisiones. No necesita alimentarse de materia tal y como nosotros la conocemos, por tanto no necesita devorar a otros seres, pero lo hace por mero placer. Le gusta escuchar los gritos de horror que profieren las gargantas de quienes se atreven a pisar con sus sucios pies este territorio. Igual que tú has hecho. Le gusta ver los ojos desorbitados cuando le ven aparecer y saben que será lo último que verán sus ojos. Es lo primero que les arranco. Los ojos.
¿No te parece que llevas demasiado tiempo leyendo en lugar de correr y ponerte a salvo? ¿No es un absurdo que te entretengas en lo que yo te cuento, si te estoy advirtiendo, a ti y a cuantos te acompañan, de que estoy aquí esperándote? Aunque huir de mí también es un absurdo. No tengo ganas de escribir más. Lo siento, pero tu tiempo y la lectura ha terminado ¿Para qué quieres entonces tus ojos?
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