Erotismo de a tres

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Un grito salvaje ha despertado en mí. Sin darme cuenta me echo un pillo. He dejado que mi instinto afrodisiaco devele mi pudor y mi vergüenza.

Hace poco he visitado a mi tío, me ha dicho que me quedara en su casa unas cuantas semanas, no me he negado. Para que lo he disfrutado bien, he dormido hasta muy tarde y sin que nadie me joda con un grito. Tomaba el desayuno que quería, unas tostadas con mermelada, yogurt de lúcuma y entre el día una coca cola súper helada. Si mi mamá me hubiera visto tomando esas chucherías me reprendería. No tomes eso, no te das cuenta que con esas gaseosas limpian los baños seguramente lo diría. Tú no puedes comer mucho dulce, tienes que cuidarte, ni siquiera haces ejercicios y te vas a engordar, ya la escucharía decir.

Mientras mi tío iba a trabajar yo me quedaba en casa todo el día, vivía en el tercer piso de un apartamento, un cuartito bien acomodado para qué. Dormía solo mirando televisión hasta muy tarde. Arte y oficios un programa de mierda que me gustaba. También he visto el 756 canal Private Gold, que llega a toda Latinoamérica las más importantes producciones Hadcore de todo el mundo y me he sentido un actor porno por una semana. Que carajos! Aprendí mucho.

Iba a baño recordando esas poses de un desmadre total, de unas sacudidas aeróbicas, me quedaba casi una hora recordando aquella acción y por fin después de tanto esperar y manosear mi sexo llegaba a una penumbra satisfactoria y patética al fin.

No sé cuántas veces me abre tocado, he fornicado mentalmente. He sentido pedir perdón a Dios, porque me he sentido sucio y malsano y he estado fuera de su rebaño. Pero bueno…

No hay duda que la pase bien, no muy bien, pero bien. He tratado de hablarle a una chica que vivía al costado de la casa, parecía una lolita, bien formadita. La miraba como un fetichista, por la ventana cada vez que salía a comprar, pero no me atreví a saludarle. Pero igual cada vez que iba al baño tocaba mi sexo pensándola también, si algún día lo conocería.

Aunque por muy afortunado una vez cuando salí a fumarme un porro, una chica iba detrás de mí a paso lento como queriendo que no la escuchara nadie, yo solo mire de reojo, pero a poco se iba acercando. Hasta que me dijo me prendes el puchito. No me negué sin duda. Saque mi encendedor y se lo prendí.

Pero cómo te llamas atino ella; haaa.. Flavio pedresti…     y tú: soy Lura… y nunca he tirado con nadie solo con una amiga. No me asombre, tal vez sería su forma sarcástica de ser. Ni mucho menos la mire sonreí para mí, porque prejuicios no hay.

Termine por llevarle a casa de mi tío, le hice conocer el universo maravilloso en el que había estado, fumamos yerba, ella me toco, yo la toque, conocimos el universo sexual creado para dos, o quizás para más, invito a una amiga y al final terminamos los tres. Me parecía verle a esta chica que la invito muy idéntica, a la lolita del costado que siempre la miraba tocándome el miembro.


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