... No se sabe siquiera el día, ni si la semana existía ya como tal o como días sucesivos de sol y luna alternando. El hecho fue que antes incluso de crearse la luz la mujer ya andaba en el pedazo de terreno más o menos pisable al que llamamos "mundo".
Todo esto que se describe en las presentes líneas echa por tierra tanto esas ideas evolucionistas impulsadas por Darwing, que tan criticadas por la iglesia siempre ha sido, como la preciosa historia tan bellamente relatada del paraíso terrenal con Adán y Eva en el reparto, ilustradas incluso en las más recientes ediciones de la Biblia.
En cualquier caso, esta teoría particular puede bajar el grado de irracionalidad que el vaticano otorgó a los evolucionistas en recientes declaraciones.
Creada la mujer el universo cobró luz, las estrellas brillaron y los astros tomaron los colores más inimaginables. Mientras todo aquello acontecía en el espacio, en la tierra aún no se hizo la luz. Fue al segundo día después de nacer "Ella" cuando el pequeño Sol empezó a despuntar tímidamente.
El motivo de su aparición fue debido a la falta de calor en las carnes de Ella, además de verse demasiado pálida dentro de la oscuridad relativa a la que la tierra estaba envuelta. Debemos tener en cuenta que en el espacio las estrellas ya brillaban y aportaban una frágil iluminación, la suficiente para que Ella pudiera contemplar... pues eso, casi nada.
Ese casi nada la traía por la calle de la amargura, se aburría. Había contado todas las estrellas del firmamento, incluso las agrupó dándoles formas abstractas que posteriormente se materializarían en ciertos animalillos diseñados por Ella.
Al hacerse la luz Ella vio todo tan vacío, tan blanco, que desolada pidió a Ello que hiciera algo para evitar que perdiera los nervios.
Así fue, según los deseos y preferencias, Ella elaboró una lista que por orden de preferencias se fueron sucediendo en los siguientes apartados:
1- El suelo... necesito un suelo bello y cómodo, blando y duro, de color e incoloro a modo de collage... Y así fue, Ello repartió un popurrí de suelo de todas texturas y colores, alturas y hendiduras. Verdes, ocres, amarillos, pantanosos, anaranjados, púrpuras.... (Deseo concedido)
2- Un no sé... algo fresco para salir de la monotonía del suelo, para despegar los pies del suelo. Agua al fin y al cabo, la cual fue elaborada con la más exquisita delicadeza, creando surcos en la tierra tan anchos como profundos concluyendo en grandes extensiones de agua llamadas en la actualidad mares y océanos... (el tiempo ha influido mucho en la evolución de este regalo)
3- Adornos, más adornos en la tierra... La combinación de colores y formas inspiró a Ella para diseñar formas vegetales salientes de la tierra, lo que actualmente conocemos como árboles y plantas. Posteriormente se hizo lo procedente para hacer uso útil de éstos seres, no obstante, como es un aspecto anecdótico en la historia de la creación de la mujer, nos quedamos con el sentido ornamental que es el motivo por el cual fueron creados.
4- Pero lo estático aburría a Ella, saciada de la gama de infinitos colores que la luz, la textura y las formas conjugaban, necesitaba algo más... movimiento, ver que no todo está clavado en la tierra. Se acordó entonces de las estrellas que unos días antes en plena oscuridad observaba y agrupaba. Tales formas fueron boceto para el actual reino animal. Osos, leones.... y de esa base inventó más formas, infinitas... concluyendo con un pequeño garabatillo que se le pasó por alto a Ello y sin querer le dio vida. (No se alarmen... ni piensen mal, sigan leyendo, aún no es el turno del hombre).
5- La serpiente... ente clave para la colmar la paciencia de Ello. Todo lo imperfecto entrañaba riesgo para ocasionar una mancha en la impoluta perfección de la mujer. De aquel garabatillo, que en la anterior fase se le pasó por alto a Ella, salió la temida serpiente. Ella enseguida le tomó cariño. A Ello no le hacía ni mijita de gracia, pero a Ella le daba pena que se la soslayara y le dotó de bellísimos colores para que no pareciera un garabato. Lo que no sabía es que ese animal al ser imperfecto su modo de actuar resultaría corrosivo para el resto de la especie, incluida Ella. Ello, en el "caso serpiente" impuso a Ella una norma: bajo ningún precepto podía dirigirse a la serpiente, ni mucho menos tocarla.
Con verla era suficiente. De incumplir la norma se le castigaría severamente.
6- El Hombre "Eso"... "Necesito algo más, no sé, un ... eso" (palabras textuales). De debajo de la uña del dedo gordo del pie izquierdo, una pequeña bolita salió a la tierra y empezó a crecer y crecer adoptando forma humana. Eso tenía que ser claramente diferenciado de Ella para evitar posibles confusiones para posteriores sanciones. Ella estaba completamente segura de que su permanencia en el paraíso iba a ser al cien por cien satisfactoria. Ella y Eso enseguida congeniaron, hacían todo juntos, cogían flores, paseaban, se rascaban la espalda, se... en fin. Eso nunca se mostró como tal y la cosa es que al elaborar Ella algo imperfecto, todo lo que diseñaba tras el tropezón churro de la serpiente tenía ciertas deformidades. Así, que para que Ella no se diera cuenta de que su compañero no era lo estéticamente perfecto y cayera en la más mísera depresión, Ello camufló la pequeña cosa colgante que a Eso le sobraba del tronco con una especie de taparrabos. Lo que Ello no sabía es que Ella pronto se daría cuenta y le buscaría una útil utilidad (válgame la redundancia).
Lo hacían todo juntos, lo que es todo (piensen mal si quieren, es obvio).
Una extraña mañana de espesa niebla Ella paseaba con Eso juntos de la mano y en medio de un campito decidieron jugar un rato a esconderse. Le tocaba a Eso ocultarse y así hizo escondiéndose tras un frondoso árbol. Ella se tapaba los ojos...
Pero lo que nadie podía imaginarse es que la serpiente andaba por allí, escondida entre la maleza...
Ella comenzó a buscar, una búsqueda dificultosa por la abundante vegetación y la niebla cada vez más densa... ¡Te pillé!- Exclamó. Es cierto, tocó algo, algo que ella pensaba que era...
Uyuyuy tormenta en el cielo, relámpagos, truenos.... Era Ello con un considerable enfado. Ella había tocado a la serpiente, no la protuberancia de Eso.
Ello se enojó, pese a la pena que le daba romper el equilibrio, disfrutaba viendo el panorama (y ahora que pienso... ¿será pervertido?...) Su castigo fue... Poner otra mujer en el mismo suelo que Ella pisaba...
Laotra...mujer perfecta, inteligencia pura... la Atenea del paraíso, la única capaz de despertar un sentimiento en Ella jamás había experimentado. La envidia... los celos... el complejo de inferioridad y por consiguiente las consecuencias que todo aquello conlleva.
Peor castigo que el destierro sin duda
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales