Cuando tu mente no se encuentra en el lugar que inconscientemente cree que debería estar, surgen toda clase de sentimientos encontrados, como por ejemplo; la envidia. Ves el reflejo de lo que tu mente inconsciente desea en otras personas y no has conseguido, comienzas a ser muy crítico con las personas de alrededor pero, de lo que uno no se da cuenta es que dentro de esas críticas externas que realizas, se encuentran escondidas las mayores críticas que se hace uno de sí mismo. Todo el mundo consciente o inconscientemente deseamos llegar a un punto X, depende de lo próximo que estés a ese punto, tu mente podrá revelarse o no.
Nuestros deseos inconscientes los cuales, hemos ido elaborando durante años, son los que se revelaran a favor o en contra de nosotros. Debemos conseguir apaciguar nuestra mente para poder escuchar nuestro inconsciente, es en ese momento cuando nos veremos cara a cara con nosotros mismos, es ahí donde responderemos a todas nuestras preguntas y descubriremos quienes somos en realidad. Mientras no nos conozcamos y no veamos dentro de nuestro ser, no conseguiremos hacer frente a la envidia, la ansiedad, la depresión
Solemos hacer caso omiso a nuestras sensaciones más internas, no escuchamos nuestro inconsciente, nos da pistas de que necesitamos. Hay nuevos estudios en los que demuestran que nuestro inconsciente prima sobre nuestra conciencia. El inconsciente es la mecánica que recuerda todas nuestras acciones aprendidas.
Recordad, cuando nuestro yo interno no está en plena satisfacción, se revelara contra nosotros como el mayor de los males.
Por último, tenemos que entender que no somos perfectos y aceptarlo, no podemos ser la perfección en un universo regido por el caos, dentro de nuestra mente no existen leyes. Cada uno de nosotros debemos conquistarnos, muchas veces tenemos que destruir para volver a construir o como algunos dicen, desaprender para volver a aprender.
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