6d+

Desde que el mundo es mundo y el agua se bebe, el hombre ha tenido dudas de cada uno de sus actos. Yo las tengo. Cada pequeña decisión nos genera la duda de si será lo correcto o estamos cometiendo el error de nuestra vida. Cómo me gustaría disponer de ese pequeño y soñado agujerito por el que poder ver la consecuencia de nuestros actos teniendo así la seguridad de actuar de la mejor forma posible. Pero no hay agujero, ni bola de cristal, ni oráculo ni nada parecido. Por lo tanto esta vida se compone de pequeñas decisiones, de pequeños momentos de inspiración y lucidez que encarrilarán de uno u otro modo nuestro futuro. A la vista está que casi nadie acierta, el mundo esta hecho una mierda, la gente se equivoca una y otra vez y si alguien por casualidad acierta y sus actos generan felicidad, ya vendrá alguien a ponerle la zancadilla y jodérselo todo. Yo no pido tanto, ni si quiera ser feliz, solo pido que mis errores no hagan daño a nadie más que a mi, y si da la casualidad que acierto y la felicidad asoma a mi ventana, la dejaré pasar, la invitaré a tomar asiento, la prepararé un café y juntos debatiremos sobre como saltar ese maremágnum de piernas que procurarán derribarnos y pisarnos si se tercia la ocasión. Mi felicidad es la tuya, estaré ahí cada vez que te derriben para levantarte, te ayudaré a saltar y esquivar, te aconsejaré en tus decisiones y te apoyaré en tus errores. Ésta será mi prueba de amor, y si me equivoco de nuevo, que Dios me perdone y sólo me castigue a mí, por que si tu o ella sufrís por los errores que generen mis dudas, no habrá perdón en el universo que consiga consolarme. La suerte está echada, los dados saltan y giran sobre el tapete, pares, ganamos tú y yo, nones... serán pares ya lo verás.
NdC