Fuerzas surgidas de donde solo hay destrucción

Su pueblo arrasado, sus habitantes muertos, las casas destrozadas, los campos quemados, los animales huidos, los ricos postrándose ante el conquistador para salvar la vida, su moral hundida, pero él no se rendía. No era el gobernante, ni un militar, no eran tampoco alguien importante, era un campesino que luchaba por lo que era suyo, aunque no había nacido en aquel lugar, razón que no le frenaba a la hora de luchar hasta el último aliento por su aldea, por sus amigos, por su familia y por su propia vida.