Fusión gamma-nuclear

 Año 2022, segundo día del segundo mes.

Diario del Dr. Flores.

07:45 hrs.

Llevamos trabajando en el laboratorio ITER apenas dos años. La fusión nuclear ha sido parte de mi vida desde niño, cuando mi padre fue ayudante del Dr. Navarro y yo a escondidas de ellos me colaba en el laboratorio de la universidad para escucharlos y soñar.

Han sido tantos los sueños, las cosas que en mi mente se forman y a los que he deseado dar vida que estar a punto de lograr cruzar los rayos gamma y la fusión nuclear para encontrar la cura a enfermedades como el cáncer parece eso, un sueño.

He llevado al límite las pruebas con animales a los que les inyecto células cancerígenas aceleradas con fusión nuclear dosificada  bajo el método de “confinamiento inercial” logrando enfermarlos en fase terminal en cuestión de horas, lo único que me falta es encontrar la dosis correcta del elemento (Z-4) 93 para que no se evaporen o se comiencen a destruir a sí mismos.

Después de hacer cálculos por años ya no me queda mucho tiempo, mi pequeño hijo Lalo sufre de una rara enfermedad muy parecida al cáncer y antes de pensar en un trasplante o verlo morir, necesito probar mi teoría, aplicarla en él y sanarlo por completo.

10:15 hrs.

Hoy he tomado una pequeña muestra del hígado de mi hijo con la ayuda de nano-robots quirúrgicos, esa muestra la inyectaré en mí, aceleraré el proceso de invasión como lo he realizado en las pruebas con animales, estoy seguro que lo único que ha faltado para acertar es el elemento (Z-4) 93 que han descubierto recientemente en el laboratorio espacial VIKING;  lo aplicaré y con ayuda de mi colega y amigo  recibiré la dosis exacta de rayos gamma combinados con el toque indicado de fusión nuclear.

16:38 hrs.

Hace seis horas inyecté en mí las células enfermas tomadas del hígado de mi hijo y las he acelerado con el método de “confinamiento inercial” hasta el punto del no retorno, a la fase terminal de la enfermedad; es hora de aplicar el elemento (Z-4) 93 y la combinación de rayos gamma con el toque de la fusión nuclear.

No he dicho nada a mi familia, sólo saben que trabajo en un proyecto sobre cuestiones médicas  y si algo no sale bien de mi experimento nadie sufrirá las consecuencias de ello, sólo yo. En la mañana me he despedido de ellos y si han notado algo raro en mí no lo han dicho.

17:00 hrs.

Ha llegado el momento, estoy encerrado en la cámara de irradiación y mi colega el Dr. Palacio está preparado para cualquier resultado. Mis manos están empapadas de sudor, un escalofrío recorre mi columna vertebral y los fuertes dolores de la fase terminal de la enfermedad me hacen retorcerme, no sé qué pesa más en mí, si el nerviosismo por que el resultado del experimento sea acertado o el miedo a morir sin encontrar la cura para mi hijo.

Comienza el proceso con los rayos gamma, sólo siento un calor recorriendo mi cuerpo, mi colega hace señas para que esté preparado para tomar  la dosis de fusión nuclear, y al recibirla pierdo por completo el sentido.

Año 2022, tercer  día del segundo mes.

No sé qué hora es… he despertado en una cama de hospital y al parecer me han hecho diversos estudios para comprobar mi estado de salud. Entra mi esposa a la habitación y con una sonrisa en los labios y el rostro lleno de alivio al verme despierto se abalanza sobre mí, trato de preguntar qué ha pasado, en eso entra mi colega y me explica lo que los médicos han dicho: mi estado de salud ¡es inmejorable! Sólo sufrí un desmayo por el estrés y el extremo cansancio y desvelos me han hecho dormir por horas.

Sonrío, cruzo una mirada cómplice con mi colega y me dedico a abrazar a mi familia. Nadie sabe lo que en realidad pasó, hemos descubierto al fin la cura  por fusión gamma-nuclear y muchos podrán ser salvados… mi hijo ya no morirá.

Malu Ramírez