Masaje de mi jefe (parte 2)
Por amy.nathaly.sexota
Enviado el 02/01/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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La excitación se apodero de mí. Cuando sentí sus dedos en mi ano y en mi chocha un gemido más fuerte salió de mi boca de nuevo. Sin darme cuenta ya me estaba manoseando las tetas y apretando mis pezones. No pude evitar lamerme los senos para saborear la lechecita que aún tenían.
Don Plutarco se quitó la ropa y nos acomodamos para hacer el 69, yo no podía creer lo que estaba haciendo. Nunca le había sido infiel a mi novio pero, no podía detenerme, estaba poseída por la arrechera y la excitación. Por más de 25 minutos chupamos nuestros genitales con gran pasión, yo tragaba su verga con muchas ganas tratando incluso de que me cupieran sus bolas en la boca. Las babas me salían por montón dejando mis tetas, mi mentón y el pene muy mojados. El comía mi chocha como nunca lo habían hecho, metían toda su lengua y mordiéndome el clítoris. Sentía sus dedos en mi ano todo el tiempo.
Luego él se acostó y yo me dispuse a sentarme en su gran verga. Intente hacerlo despacio porque me daba miedo que me doliera, pero en me tomo de la cintura y jalándome hacia abajo me penetro hasta el fondo. Podía sentir el pelo de las bolas rozando mi clítoris. Empecé a cabalgar con muchas ganas, sentía mucho placer sintiendo adentro esa gran verga atormentado mi chocha,. Mis enormes tetas moviéndose sin control hacían excitarse cada vez más a mi jefe. Él también las manoseaba y las chupaba con muchas ganas. Hicimos algo que me encanta. ( el me lamia una teta y yo me lamia la otra, solo parábamos a veces para darnos un beso con lengua y lamer al tiempo el mismo pezón). Después de varios minutos no pude evitar venirme y con gemidos aruñe su pecho.
El no paro y me obligo a seguir cabalgando por unos minutos más. Luego el me tomo del pelo y me puso en 4. Y sin mediar palabra me penetro durísimo y comenzó a darme con muchas ganas, mi chocha estaba muy caliente y adolorida de recibir tanto castigo. Mi jefe me daba muchas nalgadas hasta el punto de hacerme gritar de placer. Cuando estaba a punto de venirme de nuevo el saco su verga y empezó a lamer mi ano de nuevo. Yo gemía y gemía, después me percate de lo que pasaría, asi que le dije: Don Plutarco yo no le he dado culo a nadie ni a mi novio. Él me dijo: yo no le estoy preguntando si quiere o no. Y sin aviso metió su ya babosa verga en mi rosado culo.
Yo sentía mucho dolor pero también mucho placer. El me taladraba el culo con muchas ganas mientras que yo frotaba con desespero mi cuca. Ya tenía tetas rojas de tanto manoseármelas y después de unos minutos de ajetreo con unos grandes gritos me vine. Me salió tanto flujo vaginal que empape toda la camilla. A mi jefe no le importó y siguió dándome como a una perra callejera, hasta que el él, dando un gran gemido se vino dentro de mi culo. Sentí como su leche invadía todo mi ano y chorreaba mi chocha. La camilla no podía oler más a sexo.
Yo caí rendida pero él me tomo del pelo y me obligó a mamárselo nuevamente, era increíble que aún lo tuviera tan parado y aun con tanta leche. Por 10 minutos más se lo chupe con todas mis fuerzas mientras me metía los dedos de la mano derecho en el culo. Con mi otra mano manoseaba y manoseaba mis tetas sin parar. Finalmente me aleje y saque mi lengua de nuevo pensando que ya no tendría casi leche. Que equivocada estaba, porque me lleno de nuevo la cara el pelo, las tetas y sobre todo la lengua de muchísimo y espeso semen. Yo caí casi desmayada en la camilla.
Él se levantó, se cambió y me tiro $5.000 sobre la cara. Me dijo: ahí hay 5000 pesos para que no se quede sin almuerzo. Nos vemos mar tarde y la felicito, para ser tan tetona y rubia no es tan bruta como yo pensaba. Acostumbre a los masajitos todos los días a medio día.
Yo solo cerré mis ojos y me quede dormida.
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