Como es de loco nuestro amor, nos cruzamos y no hago más, que conocer el porque.
Porque; tengo apetito de tí, más nuestras ausencias se precipitan en nuestras presencias.
Si de casualidades, surges de mis voces.
Murmurando tú nombre, mí nombre se haya. Incluso cuando me llamas, mí llamada al viento choca a tu voz y nos cruzamos.
Árboles imaginarios, de ramas frondosas disimulan nuestras miradas, perturban nuestro saludo, en sendas ocultas a nuestra lógica.
Quiero saber de tí, tú quieres saber de mí.
Nos cruzamos en palabras y en palabras nos vemos pasar.
Siempre recuerda que eres dueña de mí mundo y yo me adueño del tuyo, pero nos cruzamos.
Te busco entre la muchedumbre, sabes que estoy ahí, pero no me ves y nos cruzamos.
Cruzamientos de miradas, ligadas a palabras, envueltas en sueños.
Tus ojos se abalanzan sobre mí, como la lluvia cuando cae en abril y mis ojos se clavan en tí y nos cruzamos.
Es entonces ahí, que desespero, que salgo desaforadamente en tu búsqueda y tú en la mía.
Capases los dos, de detener al mundo y ponerle fin a nuestras ausencias; pero no nos encontramos y otra vez nos cruzamos.
Te veo caminar y no das nota a la admiración de miradas a tu cuerpo, rehúyes a palabras ajenas y te observo, yo estoy allí, impávido, agitado, esperando tu vos y nos cruzamos.
Que extraña fuerza, impide nuestro abrazo.
Tal vez deberíamos avisarnos, para no cruzarnos !!!
Quieres saber de mí y quiero saber de tí, no perdemos la facultad de saber del otro y al unísono nos llamamos y otra vez, nos cruzamos.
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